Para la columna de hoy he decidido hacer algo distinto a los análisis que vengo realizando semanalmente, claro que esto será retomado el día Viernes. Pero para hoy he preferido hacer una reflexión, partiendo de algo que escribí allá por Marzo del 2003, en marco de la Invasión de EEUU a Irak. Decía entonces que:
“Imagina que no hay países, no es difícil hacerlo, nada por qué matar o morir. Y tampoco ninguna religión. Imagina toda la gente viviendo la vida en paz. Puedes decir que soy un soñador. Pero no soy el único. John Lennon”
Estado de un país que no sostiene la guerra con ningún otro. Tranquilidad. Reconciliación. Así define el diccionario la palabra paz, pero no es aquí donde quiero hacer un paréntesis. Podemos decir que nuestro país desde el 82´ no ha habido guerra con ningún Estado. Pero también cabe decir que prácticamente hace siglo y medio no vivimos en paz, ya que nunca hubo confianza en un sistema.
Esto se debe a la naturaleza de un Estado con aires de líder, que aplicó un imperialismo sobre el mundo entero, EEUU. Esta neocolonización ha sido sistemáticamente aceptada por Occidente, tomando como ejemplo la Argentina , que vendió a los Yankees su cuerpo (comunicaciones, yacimientos petroleros, etc.) y ahora quieren arrancarle su alma (el sentimiento nacionalista o patria soberana).
Entonces abramos los ojos y entendamos que la guerra no pasa lejos, sino que se encuentra más cerca que nunca. Se encuentra en el sentimiento de estar vencido que tiene el pueblo, en la falta de identidad y de amor por una tierra que nos pertenece. Es una lucha interna que debemos ganar para ser y sentirnos fuertes ante tanta mentira e injusticia que nos rodea para salir adelante. Una vez que lo logremos seremos capaces de llamarnos argentinos.
Pero en realidad no estamos aquí para repudiar actos propios o locales, sino la presencia del imperialismo en el mundo que, por tanta sed de poder cultural, político y económico, va a terminar ahogado. Estamos aquí para repudiar las consecuencias de ese imperialismo, que es una guerra, un enfrentamiento tan absurdo como sangriento, tan inútil como injusto.
Puedes decir que soy un soñador, pero no soy el único, nos dice Lennon en Imagina. Hoy aquí decimos presente en contra de la guerra y del imperialismo tirano que nos conduce hacia una esclavitud cultural y económica.
Hoy quizás seamos una pequeña gota de un Océano que pretende hundir los deseos de un sistema opresor. Hoy somos fuertes y al estar aquí podemos vencer la guerra eterna para ir por más.”
Si bien es un discurso que se podría catalogar como idealista, lo cual se lo atribuyo a mi edad, desliza dos cuestiones que quiere rescatar.
En primer lugar, se anticipa la crisis de EEUU, hoy económica pero que involucra otros sectores. Pero a no equivocarse, no es una profecía ni nada por el estilo. En aquellos años, hasta un simple estudiante de secundario comenzaba a observar lo que algunos analistas manifiestan en la actualidad: la unipolaridad de EEUU, entendida como la supremacía que ejercía tanto en el ámbito económico, político, social y militar, se estaba erosionando.
Han aparecido otros actores que ejercen cierto equilibrio en el sistema internacional. Por caso la consolidación de la Unión Europea , y ya más acá los países emergentes encabezados por los BRIC´s (conformado por Brasil, Rusia, India, China y recientemente Sudáfrica), los cuales se estima que hacia el 2050 tendrán más del 40% de la población mundial y un PIB combinado de 134 mil billones de dólares. Lo que quiero decir es que le discuten, por lo menos en el aspecto económico-político, sus decisiones y acciones. Ejemplo de ello es que el actual mandatario de EEUU, Barack Obama, no se ha involucrado demasiado en el conflicto libio y ha querido que sea la OTAN la cual se encargue del mismo. Lógicamente no quiere quedar expuesto a un nuevo conflicto de larga duración que se está tornando impopular, a un año de las elecciones.
Producto de las responsabilidades dicen algunos, fruto de su ambición dicen otros, parece que este fenómeno se acentuara en nuestros días. Pero de ninguna manera EEUU dejará de ejercer este rol, por lo menos no en el corto y mediano plazo. Ya que en el aspecto militar la unipolaridad sigue vigente, continúa siendo la principal economía del mundo y su influencia política es importante.
El error en aquella reflexión, es caer con tanto peso en un Estado que a partir del 9 de Noviembre de 1989 al derrumbarse el Muro de Berlín, debió asumir el rol de liderazgo en el sistema. Tampoco hay que excusarlo, ya que es un país que tiene una serie de intereses particulares y nacionales, y se comporta en pos de alcanzarlos. Pero si su influencia se dejó sentir por estos pagos, fue porque se les permitió. Recordemos sino la Argentina de los 90´, la cual se encolumnó detrás del Consenso de Washington y que en definitiva derivó en la crisis económica del año 2001. Y aquí se encuentra la segunda cuestión que quiero tocar.
En nuestro país existen una serie de “Tendencias Profundas”, como ha planteado Juan Manuel Puig allá por 1975, y una de ellas es la oposición a EEUU. La explica en base a la aceptación de la influencia europea en lugar de la norteamericana (y que es coherente, por haber enmarcado el proyecto de país en base a los postulados europeos) y el constante enfrentamiento en marco del panamericanismo. Esta oposición se ha trasladado a lo largo de los años, y a ello atribuyo mi crítica. Hoy reconozco que es un tanto injusta y falta de examen, por lo que he venido desarrollando antes. No hay que deslindar de responsabilidades a los actores domésticos, y por qué no da cada uno de nosotros que en conjunto construimos este país. Quizás deberíamos adoptar una posición más pragmática, y no por ello me refiero a la automática alineación –como fue durante la gestión de Carlos Menem y que se denominó “relaciones carnales”-. Sino mas bien pendular, como es el caso de Brasil.
En conclusión, exhorto a cada uno a reflexionar sobre estos dos temas, como una vez lo hice, hace ya más de ocho años. Probablemente se encuentren con que su pensamiento va variando fruto de sus experiencias y conocimientos, y lo que en algún momento afirmaban con certeza hoy genera dudas.
José, muy interesante el artículo. En este sentido, quería hacer una pregunta, mas aclaratoria que otra cosa: vos decíes que luego de la caída del muro de Berlín Estados Unidos DEBIO asumir el rol de liderazgo del sistema ¿porqué ponés esto en términos de obligación?.
ResponderEliminarUn abrazo.
Estimado Santi: los analistas concuerdan que luego de la Primera Guerra Mundial EEUU desplazó a Gran Bretaña en la primacía del poder mundial. O sea, hubo un cambio en la configuración del poder mundial, con un nuevo actor que se consolidaba como potencia económica-política. Pero en lugar de asumir dicha responsabilidad (cuestión que es ineludible en marco de un sistema internacional anárquico, y que se entienda anárquico como la ausencia de un ente rector que cree una serie de normas, controle su cumplimiento y en caso de incumplimiento establezca una sanción), se encerró dentro de sus fronteras y ni siquiera apoyó una organización internacional, que es la madre de la ONU, impulsada por su Presidente Wilson: la Sociedad de Naciones.
ResponderEliminarEsto produjo que hacia la década del 30´las fronteras de la mayoría de los países se elevaran ante la crisis (lo cual se evitó luego de la 2 da Guerra Mundial con la creación del GATT, que derivó en la OMC) y que regímenes como el nazismo y fascismo se impusieran en Europa.
Fijate que EEUU aprendió de ese "error", y desde 1945 se involucró de lleno en el sistema internacional a través de las Organizaciones Internacionales. La cuestión es que tenía otro Estado que ejercía contrapeso y equilibraba el sistema, la URSS. Cuando esta desaparece, desaparece el sistema bipolar, y aparece una unipolaridad donde EEUU ejerce el rol de liderazgo, ya no solo en Occidente sino en el mundo.
Espero te satisfaga la respuesta, un abrazo, y gracias por entrar al blog!!!
Muy buena la respuesta, me queda mucho mas claro. De todas formas hay muchas cosas, pero voy a empezar por algo. Repaso: el sistema internacional es anarquico y requiere que algún país se erija como rector del rumbo político-económico; eso querría decir que Estados Unidos después del 30' entendió el potencial de abrir las fronteras y fomentar una permeabilidad cultural asumiendo el liderazgo del escenario. Surge entonces la URSS como contrapeso.
ResponderEliminarLo que me parece interesante es el hecho de que, teniendo en cuenta que el sistema es anárquico, siempre quede un lugar de "liderazgo" vacío y ofertado al postor mas audáz. Es decir, alguien tiene que establecer los códigos de la comunicación internacional abriendo las fronteras y ofreciéndose de puntuador de los discursos en juego. En este sentido, veo que es un lugar a la vez comprometido y arriesgado, ya que ni siquiera ellos pueden tener control sobre las consecuencias culturales implicadas en esto de abrir o cerrar fronteras.
¿Muy salvaje mi comentario? :)
Mañana lo charlamos de última.
Ante tu primer pregunta te digo que, no hay necesidad de que un Estado se erija con el liderazgo del sistema.Han existido distintos tipos de sistema internacional en la historia. Por caso, a la unipolaridad de EEUU (que en el análisis afirmo es solo en lo militar) la antecede el sistema bipolar, antes era un sistema internacional de equilibrio de poder entre GB, Francia, Rusia y el Imperio Alemán. EEUU recién adoptó ese rol hacia 1945, recordá que no ingresa a la 2 da Guerra Mundial hasta 1941! Esto no quiere decir que no tuviese la posibilidad, ya que era la primer economía del mundo, y con un gran poderío militar.
ResponderEliminarPor otra parte, el liderazgo del sistema internacional no queda vacío y ofertado al mejor postor. Como habrás notado antes, el liderazgo en ciertos momentos ha sido compartido. Pensemos en el aspecto económico de hoy. Aquí encontramos actores de un peso tal como EEUU, China, Japón y la UE. En este caso hay multipolaridad, lo mismo sucede en lo político.
En cuanto a tu último párrafo, es interesante analizarlo en los últimos 50 años. La tecnología, que ha sido el gran instrumento de la globalización y que mediatiza e inmediatiza los discursos, es la responsable de que todo suceda con tanta rapidez. Viste que se habla del efecto paradójico de la globalización, donde una reacción típica es volver a lo de uno ante tanto bombardeo externo. EEUU supo utilizar este instrumento, Nye lo denominó "soft power" o poder blando ante el poder duro de lo militar. Consiste en la capacidad de transmitir la cultura norteamericana a través del mundo, por ejemplo modas, estilo de vida, películas, deportes, etc. Pero es cierto lo que decís, el abrirse ha hecho que reciba la influencia de otras culturas, por caso la hispana.
Por último, y para ir terminando, coincido con vos Santi: el liderazgo del sistema internacional es un lugar comprometido y arriesgado. Justamente eso es lo que quiero decir en el antepenúltimo párrafo. No hay que ser tan crítico hacia los EEUU porque el rol que tiene es complicado; pero tampoco ser ingenuos y pensar que no tiene intereses particulares. Un abrazo, "Salvaje de los Comentarios" jajaja, esta noche cualquier cosa charlamos.