Para el día de hoy he preparado un pequeño análisis de la política exterior de nuestro país entre el 2003 y la actualidad –ya que se marca una continuidad entre la presidencia de Néstor Kirchner y Cristina Fernández-, en un tema específico: la renovación del reclamo de soberanía sobre las islas Malvinas en la reunión sobre Descolonización que se realizó el día Martes en la Organización de Naciones Unidas (ONU), más precisamente en su sede central de Nueva York, Estados Unidos.
Y la realidad nos marca que un país como el nuestro, que forma parte del G-20 -por lo tanto está considerado como un país emergente-, con las FFAA desguarnecidas producto de la falta de inversión a lo largo de los años y por su posición geopolítica, no tiene otra opción que el reclamo diplomático. Recordemos que estamos hablando de un Reino Unido miembro del Consejo de Seguridad de la ONU , miembro de la OTAN , como así también de la Unión Europea y el G-8. Siendo el principal socio político en el mundo de los EEUU.
“Mientras las islas Falklands quieran ser territorio soberano británico deben seguir siendo territorio soberano británico. Punto. Final de la historia”, expuso recientemente el Primer Ministro británico David Cameron ante el Parlamento londinense. La respuesta de la Presidente Cristina Kirchner fue que: “Es un gesto de mediocridad y casi de estupidez la palabra punto final para la historia de nuestras islas Malvinas. Los argentinos nunca creímos en los puntos finales, ni en los derechos humanos y mucho menos en los derechos soberanos de nuestras islas Malvinas”.
El intercambio discursivo entre el Primer Ministro británico y nuestra Presidente se debe tomar como tal, como un intercambio discursivo y punto. Son dos mandatarios defendiendo sus intereses particulares. Néstor Kirchner en su discurso de asunción como Presidente de la Nación , el 25 de Mayo de 2003, ya lo tenía claro cuando mencionaba que en el orden internacional, la Argentina reconoce en el multilateralismo y en la efectiva vigencia del derecho internacional la única posibilidad de construir un orden más justo, racional y solidario.
Pero como Ana Gerschenson menciona, la política doméstica se está colando tanto en reclamo como en la respuesta ante el reclamo, en un claro ejemplo de política interméstica. Cameron sintió que debía dar una réplica contundente en el Parlamento, luego de la advertencia pública que unos días antes había hecho el Almirante John 'Sandy' Woodward, quien fue el Jefe de la Fuerza Naval durante el conflicto por Malvinas en 1982. Este había escrito en el diario Daily Mail que como resultado de la política de defensa del gobierno inglés, hoy el Reino Unido “no podría hacer nada para defender las islas” de un eventual (y fantasioso) ataque argentino.
Además, el voto estadounidense en apoyo al reclamo de soberanía argentina en el marco de la última declaración de la Organización de Estados Americanos (OEA) ha llevado cierta preocupación a los ingleses. El documento establecía que Londres debía sentarse a negociar “cuanto antes” con la Argentina. Aunque hay una cuestión importante a remarcar, y que de alguna manera nos hace recordar que la geopolítica sigue tan vigente como siempre. El hallazgo de un pozo petrolero este año, y la exploración que varios consorcios están realizando en aguas malvinenses, sin el consentimiento argentino, han endurecido cualquier posibilidad de diálogo con Buenos Aires. Como Gerschenson nos dice: “Si la existencia de hidrocarburos es comercialmente viable, las islas tendrán un valor aún más estratégico para el gobierno inglés.”
La pregunta es, ¿qué sucederá si luego de la fase exploratoria en la que se encuentra hoy, los kelpers avanzan en la explotación de recursos naturales reclamados por la Argentina ?
El gobierno argentino ha venido reiterando en todos los foros –OEA y Naciones Unidas- su inclaudicable reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes, en consonancia con los gobiernos anteriores. El reclamo por la soberanía de las islas Malvinas es histórico y todos los gobiernos democráticos lo han tenido en su agenda de negociación. Sin embargo, debemos remarcar que las previsiones y acciones diplomáticas acerca de la aplicación de la Constitución Europea a esta zona deberían haberse realizado con anterioridad y no cuando el conflicto estallara en los medios de comunicación.
En conclusión, en este tema específico la Argentina viene manteniendo cierta continuidad, demostrando una política exterior activa. En lo demás es claramente reactiva, por las características que enuncié a un comienzo. Por lo que citando al conocido analista en Relaciones Internacionales, Juan Gabriel Toklatián, se piensa que “(…) una buena política exterior incrementa el poder, la riqueza y la autonomía del país: Argentina lleva décadas destruyendo poder, devastando riqueza y dilapidando autonomía”, y el actual gobierno no ha demostrado signos que vayan en un sentido contrario.
EXCELENTE JOSE IGNACIO
ResponderEliminarMuchas gracias!!!
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