lunes, 5 de diciembre de 2011

Desconfianza en torno a los mercados: la crisis griega y del euro

Comparto con ustedes un análisis que me publicaron en el diario Puntal el día Domingo 4 de Diciembre de 2011 en el suplemento "Economía, Gobierno y Sociedad".

     La crisis económica a nivel mundial es el tema central en el marco de la agenda internacional desde el año 2008, principalmente por su gravedad, persistencia e importancia. El caso griego y la crisis en torno al euro no hacen más que confirmarlo. Pero hay un concepto clave en torno a la economía del cual poco se ha discutido: la desconfianza. Algo tan abstracto como decisivo en esta temática, la cual se define como la falta de seguridad que se tiene en que una persona va a actuar o una cosa va a funcionar como se desea, generando de esta forma más dudas que certezas: en este caso la economía.

Grecia: el vecino moroso

     Pero, ¿de dónde surge la desconfianza alrededor de Grecia y el euro? Imagine que usted vive en una cuadra, la cual representa a la Unión Europea. Ésa cuadra posee 27 casas, o sea los 27 Estados que forman parte de la Unión. Algunas son más grandes y otras más pequeñas, otras tienen más o menos integrantes, y los ingresos entre ellas también difieren. Teniendo en cuenta estas variables podríamos decir que hay tres casas quintas –Alemania, Gran Bretaña y Francia-, nueve casas medianas –Bélgica, Italia, Holanda, Austria, España, Finlandia, Dinamarca, Irlanda y Suecia-, tres casas pequeñas, -Luxemburgo, República Checa y Grecia- y un edificio con doce departamentos –los restantes doce Estados de la UE-. Entre 17 vecinos hemos decidido que vamos a compartir una misma moneda, a la cual llamaremos euro. Entonces 17 de las 27 casas formamos parte de la “Eurozona”. Para poder compartir la moneda nos pusimos de acuerdo en que hay que cumplir con una serie de requisitos –Criterios de Convergencia-, porque sino algún vecino puede gastar de más o puede pedir prestado más dinero del cual después podrá pagar. Estos datos los reportamos a un vecino que vive en un quincho en el corazón de la cuadra, el cual representa al Consejo Europeo.

     Su pequeña casa representa a Grecia. Allí vive usted y su pareja con dos hijos, y tiene un nivel de ingresos de € 1000, con los cuales realiza las compras mensuales de alimentos, ropa, paga los impuestos y da dinero a sus hijos para que hagan otra serie de actividades. Un día se da cuenta que el nivel de gastos que tiene es mayor a € 1000 y no puede darle menos dinero a su familia. Por un lado porque se han acostumbrado a gastar por encima de ese nivel de ingresos, por el otro porque han asumido deudas las cuales no podrían pagar. Por lo que va a la casa quinta de Francia y le pide un préstamo; al otro mes realiza lo mismo con Alemania, ¿cómo no le van a prestar, si forma parte de la eurozona y en teoría cumple con una serie de criterios? Pero su nivel de déficit comienza a ser alto, tanto que el vecino que vive en el quincho podría venir y advertirlo. Entonces se cruza de cuadra y le pide prestado a otros vecinos, como Japón o los EEUU, esto se llama “derivados complejos”. En otras palabras, se endeuda en una moneda diferente al euro, lo cual no debe ser reportado al Consejo.

     La deuda es tan grande que sus prestamistas se comienzan a preguntar si realmente podrá cumplir con las responsabilidades que ha asumido. Allí es cuando investigando, se dan cuenta que su déficit no es el que usted ha dicho en los últimos años, sino que es mucho mayor, por lo que devolverles el dinero será complejo. Esto genera una gran desconfianza, no sólo en usted como deudor sino también en la eurozona, la cual no ha tenido la capacidad de monitorear su situación económica real. Y podría ser que otros vecinos hayan hecho maniobras similares como Portugal, Irlanda y España, los denominados PIG´s -o “cerdos”-, palabra que forman tomando la primera letra de su nombre en inglés.

¿Cuál es el futuro de la Unión y el euro?

     En lo que se refiere específicamente al euro, comúnmente cuando un país tiene problemas económicos internos, suele llevar a cabo una devaluación de la moneda –tal cual lo hizo nuestro país en el año 2002-, pero en el caso de Grecia esto no es posible, en virtud de que pertenece al euro. Volver al drama permitiría a Atenas hacer devaluaciones competitivas para impulsar sus exportaciones que suponen el 10% del PIB, pero el golpe a la credibilidad del área de la moneda única podría desintegrar el euro. Los mercados interpretarían que se trata de un proceso reversible del que se puede entrar y salir, sin embargo, la Unión Monetaria Europea no prevé ningún mecanismo de abandono. No obstante, un informe jurídico elaborado por el Banco Central Europeo advertía en el 2010 sobre los efectos de este un escenario similar al cual se está observando actualmente. Hoy por hoy, abandonar la Unión Monetaria (UEM) “sin una retirada paralela de la UE sería legalmente imposible”, concluía el informe.

     Hasta el momento la capacidad de respuesta de la Unión no ha sido certera, pero nunca había estado inmersa en una crisis de tal magnitud. El actual contexto de desconcierto –desconfianza- trae aparejado más preguntas que respuestas, las cuales comenzarán a dilucidarse en los próximos meses cuando hablen las urnas.

2 comentarios:

  1. Muy interesante y clara. Como todas las publicaciones que he leído anteriormente por aquí.

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias Mili!!! Un abrazo, espero estés muy bien!!!

    ResponderEliminar