lunes, 8 de agosto de 2011

Elecciones en Córdoba


            Tomando como punto de referencia algunos datos provistos por la editorial de Rosendo Fraga en el Diario La Nación, creo que se puede hacer una reflexión de las elecciones de ayer en la provincia de Córdoba.

            En primer lugar, hubo una clara diferencia entre las elecciones del 2007 y las del 2011. El día de ayer José Manuel De la Sota sacó una diferencia de 13 puntos con respecto a Luis Juez –hace cuatro años había sido de 1.17 %, lo cual representaba 17700 votos aproximadamente- , y a su vez Unión por Córdoba cosechó 5 puntos más. Estos dos datos abren tres variantes: por un lado, se pueden explicar por el apoyo por parte de la población al modelo de Schiaretti –que ya marcaba una continuidad con De la Sota-; por el otro, por lo que representa la figura del mismo candidato; y por último, por el desgaste que ha ido sufriendo la figura de Luis Juez. Como todo acontecimiento, no existe solo una causa que lo explique, por lo que un poco de las tres revela los resultados de ayer. Un párrafo aparte a la UCR, que con su 22.94% de los votos con el 97% de las mesas escrutadas, parece que se ha consolidado como tercera fuerza. Extraña aquellos tiempos en los cuales Córdoba era un bastión radical…

            En segundo lugar, el hecho de que los candidatos se hayan querido despegar del gobierno nacional manifiesta un fenómeno que ya se observa desde un tiempo. El segundo distrito electoral del país es el más antikirchnerista, prueba de esto es que en 2007 fue la única provincia que ganó Roberto Lavagna y en 2009, registró el menor porcentaje del kirchnerismo en todo el país (10%). Siguiendo en este caso a Fraga, “(…) eligió como candidata a la vicegobernación a la intendente de Laboulaye, que en 2008 asumió una posición muy activa contra la resolución 125. Rechazó la candidata que le pretendió imponer la Casa Rosada y ello precipitó la ruptura”. De la Sota recibió el apoyo de Scioli, Reutemann, Gioja, Urtubey y Duhalde, y la diferencia entre peronismo y kirchnerismo se continúa marcando en estos días.

            De la Sota decía que era “El cambio que se viene”, lo cual marca una clara contradicción. Porque esto quiere decir que se quiere diferenciar de Schiaretti, quien marcó la continuidad de su anterior gestión. Pero la gente sigue votando en base a términos localistas. Por ejemplo en Río Cuarto, ciudad en la cual reside, obtuvo un 55% de los votos, 13 puntos más que el promedio de la provincia. Se intuye que el año próximo impulsará a su actual pareja, Adriana Nazario, para la intendencia, lo cual daría a la ciudad mayor preponderancia en Córdoba. Esto no permite transpolar el voto provincial a nivel nacional, por caso aquellas personas que quieren votar a De la Sota y a Binner, o a Luis Juez y a Duhalde.

            Por último, una breve reflexión de lo que se puede esperar para las elecciones nacionales. Córdoba, junto con Santa Fe y la Ciudad de Buenos Aires, han sido tres distritos grandes que no le han resultado favorables al gobierno nacional. Si bien puede argumentar que “(…) de las diez elecciones provinciales realizadas hasta ahora, en nueve de ellas, han ganado los oficialismos ya sea que estén alienados o no con la Casa Rosada. Solo en Catamarca -que fue la primera elección anticipada- fue derrotado el gobernador que iba por la reelección”, a lo que tienen que estar atentos es a los números. Tomando a Santa Fe, en el 2007 el Frente por la Victoria que impulsaba a Rafael Bielsa sacó 38.78% -688 mil votos-. En las últimas salió tercero con un 22.22 % -388 mil votos-, por lo tanto 300 mil votos menos. Pero tiene dos factores a favor: la provincia de Buenos Aires, donde está el 40% de los votos que se emiten en todo el país tiende a serle favorable, y los votos que está perdiendo se distribuirán entre toda la oposición.

7 comentarios:

  1. Muy claro el análisis loco. Es interesante, por lo menos desde mis esquemas, ver el fenómeno de lucha por la hegemonía ideológica a nivel nacional, partiendo desde estas elecciones por ejemplo. El gobierno nacional, pese a quien le pese, se ha establecido como exterior constitutivo de sentido hace ya algún tiempo, es decir: la identidad política del candidato argentino se define por radical diferencia o radical adhesión al discurso imperante oficialista. Esto creo yo por dos razones: hace ya algunos años que ciertos significantes ideológicos que siempre se mantuvieron "flotantes" (es decir, sin una clara definición política a nivel discursivo, diluidos en la imagen del discurso político, sin un tratamiento argumentativo válido) han sido anclados a ciertos significados, coaptados de la fragmentación sostenida tanto de un peronismo no peronista sino especulativo (menemismo), como de un radicalismo que intenta retornar desde viejos esquemas ya cáducos. Es decir, mientras ciertos significantes se mantuvieron ambiguos, flotantes en el espacio ideológico, le fué negada al votante la reflexividad crítica necesaria para una vida política medianamente racional. Mal que pese a algunos, hay una cantidad importante de temáticas, principalmente sociales, que están demandando una actividad reflexiva real del ciudadano por fuera de la muletilla política, del discurso-semblante. Hoy somos llamados a pensar los planes sociales, la función del Argentina como exportador de materias primas al mundo, los medios de comunicación, el lugar de la clase media como pivote de los movimientos sociales, la incipiente unidad latinoamericana, etc. Recuerdo en la conversación de anoche, alguien dijo que 'ahora' había un montón de planes sociales para todo el mundo, que por eso la clase media estaba pagando en este momento por las desigualdades sociales. ¡Nada mas lejano! Planes sociales se implementaron siempre, como parches para una burguesía que prefiere no acordarse que este es un país en donde la clase baja tiene un lugar imperante. El plan social siempre fue el 'burgues solidario' que apacigua la culpa de tener cierta seguridad económica, llevando un par de bolsones a familias en situación de riesgo; como dice Slavoj Zizek, la solidaridad nos otorga cierta sensación de calidez, nos sentimos bien con nosotros mismos (prácticas solidarias de la Siglo 21, por ejemplo). No es que esté mal ser solidario, pero no estaría de más ser crítico con eso, preguntarse que función cumple para el mercado una solidaridad 'parche'. Ahora el plan social se discute, está a plena luz y se expone a la crítica (no criticarlo sería volver a la pasividad discursiva del bipartidismo). Volviendo al hilo, hay que aprovechar la actividad reflexiva que demanda la lucha hegemónica imperante. Esto da oportunidad de salir del voto 'solipsista', de la comodidad individual, para apuntar a un voto colectivo y más amplio, realizado sobre un proyecto nacional, no sobre un vivir mejor el aquí y ahora. Las elecciones cordobesas mostraron cierta resistencia a retomar temas fundamentales, justamente porque la 'imagen' política de los candidatos se desgastó y no hubo argumenos, solo slogans y la isistente oferta del objeto de deseo ("el campo sabe quien lo ayudó", "boleto estudiantil gratis", etc.) Juez se redujo a su imagen, De la Sota se elevó a un puro semblante. Elecciones tradicionales, las de siempre.

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  2. Estimado Santi: la verdad me encanta discutir con vos, porque me obligás a retomar algunos puntos que quedan flotando. En primer lugar, quiero retomar la frases en la que decís: “El gobierno nacional, pese a quien le pese, se ha establecido como exterior constitutivo de sentido hace ya algún tiempo, es decir: la identidad política del candidato argentino se define por radical diferencia o radical adhesión al discurso imperante oficialista. “ Estoy de acuerdo con vos, en la crisis económica-política del 2001 apareció un significante vacío, que el cual el gobierno nacional pudo construir su estructuras hegemónica. Por eso esa dicotomía tan marcada entre el discurso oficialista y opositor. La virtud radica en que contaba con una legitimidad del 23% aproximadamente. Pero las elecciones porteñas –para nombrar un ejemplo, donde el oficialismo es otro- presentaron características similares, pero creo que allí hubieron situaciones particulares que permitieron que esto sucediera –recordemos Cromagnón y la destitución de Ibarra-, y que históricamente Buenos Aires se ha querido diferenciar del gobierno nacional.
    Por otra parte, quería retomar otra frase, donde decís que: “Planes sociales se implementaron siempre, como parches para una burguesía que prefiere no acordarse que este es un país en donde la clase baja tiene un lugar imperante. El plan social siempre fue el 'burgues solidario' que apacigua la culpa de tener cierta seguridad económica, llevando un par de bolsones a familias en situación de riesgo; como dice Slavoj Zizek, la solidaridad nos otorga cierta sensación de calidez, nos sentimos bien con nosotros mismos (prácticas solidarias de la Siglo 21, por ejemplo). No es que esté mal ser solidario, pero no estaría de más ser crítico con eso, preguntarse que función cumple para el mercado una solidaridad 'parche'.” En particular, apoyo los planes sociales bien administrados, con una clara intencionalidad de brindar mayores posibilidades y oportunidades. Nunca más quiero caer en el absurdo argumento de: “Con los planes sociales se fomenta la vagancia”. En varios países del denominado Primer Mundo, existen subsidios al desempleo, asignación por hijo, etc. Pero el tema es que acá la intencionalidad es otra, y no son más que prácticas clientelistas. Ojo, no digo que sea patrimonio solo del gobierno actual, sino que se observó en la oposición y en gobiernos anteriores. Por eso, la necesidad del debate real, para profundizar y perfeccionar éste sistema.

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  3. Desconozco si a nivel general cada miembro de la clase media siente la sensación de calidez que atribuye Zizek, ésa solidaridad parche. Pero de lo que si se acuerda es de ciertas injusticias que observa. Por caso, sabemos que en nuestro país una de las grandes problemáticas es el tema de la vivienda propia. Conozco personas que trabajan de Lunes a Sábado –a veces Domingos-, 12 horas por día, y no pueden comprarse su casa. Otros, usurpan viviendas y luego de sacarlos se les da gratuitamente, como fue el caso de un vecino quien debió sufrir la ocupación de su vivienda. Sin embargo, me lleva a preguntarme, ¿cuán desesperada estaba la persona que usurpó? A veces nos cuesta ponernos en el lugar del otro, es la realidad, el tema es que la clase baja que como decís es importante en nuestro país y juega un rol fundamental es utilizada como instrumento.
    Y en éstas elecciones, en lo personal, no siento que el oficialismo haya hecho algo para no caer en ésta práctica, y percibo su accionar como clientelista. Es una sensación apoyada en datos. ¿Cuáles? Por ejemplo, que los impuestos suben, pero la distribución de la riqueza en la Argentina sigue sin mostrar importantes mejoras y prueba de ello es que el 10% de los hogares más ricos concentra el 28,7% de los ingresos totales del país, según el Indec. Entonces se benefician los grupos de interés, miembros el gobierno…
    La última frase que quiero ver: “Hoy somos llamados a pensar los planes sociales, la función del Argentina como exportador de materias primas al mundo, los medios de comunicación, el lugar de la clase media como pivote de los movimientos sociales, la incipiente unidad latinoamericana, etc. con un caso cercano.” Esto es lo que más rescato de este gobierno, pero hay temas como la nacionalización de las AFJP y el uso de ese dinero, la forma de comunicar que tiene, ciertos individuos –Guillermo Moreno, Aníbal Fernández-, Fútbol para Todos, inseguridad, reservas, políticas económicas, INDEC, y demás que me generan preocupación.
    El ideal e ideario al que hacías referencia el Domingo está bárbaro, el tema es que hay ciertos temas que me parece van a ser difíciles de tratar, fruto de ésa necesidad de confrontación que forma parte del discurso del gobierno nacional. Lógicamente, da para seguir charlando y debatiendo. Un abrazo, y gracias por comentar.

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  4. Buenísimo tu comentario. Hay varias cosas que no tenía en cuenta de esto para ingresar en la reflexión. Son certeras las alusiones a muchos baches en el tratamiento de lo que sería la clase baja de este país, creo que propios de el peligro que constituye introducir cambios en un sector que, estructuralmente tiene una función muy específica en el sostén del status quo social del los paises del tercer mundo. Es mas, diría que aquello que nos caracteriza como paises del tercer mundo es que hay una clase baja que es decisiva en la legitimación democrática, a diferencia de otros paises (en esto me podés corregir si me equivoco). Y acá está para mí el punto de urgencia: creo que es un proceso lento este del trato de las desigualdades sociales, que va a demandar etapas críticas, como estar al borde del clientelismo mas salvaje y crear nuevas formas de subjetivación desde ahí. Pero no veo otras vías, habrá que tener paciencia y seguir el tema de cerca para evitar que el poder del gobierno se des-normativice, y esto desde dentro de los mismos partidarios del gobierno. Con riesgo de ser pesado, esto se puede ver bien desde los dos tipos de racionalidad que toma Habermas, la estratégica y la ideal comunicativa. Se puede recurrir a la estrategia política, de forma transitoria, para poder llegar al punto ideal de horizontalidad deliberativa (la democracia deliberativa ideal); pero el problema de recurrir a la estrategia en lugar de la argumentación racional es el de quedar atrapado ahí y olvidarse del objetivo, que es llegar al máximo de competencia comunicativa entre los ciudadanos. Esto es lo que temo del gobierno. Se busca transitar hacia una emancipación nacional con este tipo de políticas (hay que tener en cuenta que se lucha contra una historia de fracasos del bipartidismo y el imperio de sus ideologías), se supone que estas estrategias (confrontación directa, coaptación de los discursos) son transitorias, pero puede haber un problema si se olvida la idea regulativa final, que es lograr una identidad nacional concreta y conseguir una toma de poder. Dejar de ser proveedores de materias primas, rezago del país colonializado. Si esto queda de lado va a ser un eterno juego de estrategias políticas. Por ahí me parece que viene lo que me decías de la falta de comunicación de este gobierno. Creo que fundamentos hay, pero se teme ser demasiado horizontal porque eso implicaría retomar las discusiones en términos de hace 10 años.
    Y respecto a lo de Zizek, te mando un video por Facebook que aclara el punto, por si te interesa. Un abrazo loco y un placer discutir con vos. Continuará.

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  5. En pocas palabras pusiste una idea que me viene rondando en la cabeza: "Es mas, diría que aquello que nos caracteriza como paises del tercer mundo es que hay una clase baja que es decisiva en la legitimación democrática, a diferencia de otros paises". En cuanto a lo que decís de la estrategia política y la horizontabilidad deliberativa, totalmente de acuerdo. Pero el tema de definir el interés nacional va a demandar paciencia, y es un debate que tendría que hacerse ya, porque es fundamental. Los interese particulares jugarán un rol importante en la conformación de los mismo. Ahí vamos a ver si a la Argentina le conviene seguir posicionándose como productor de materia prima o industrializarse -lo segundo me parece lo mejor-, cómo atraer inversiones extranjeras, la política territorial, la profundización del latinoamericanismo, cómo relacionarse con las potencias, etc. Ahí veo el video de Zizek, un abrazo grande querido!!!

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  6. Una cosa más y dejo de molestarlo señor Saba :) Con esto que decía de Zizek, me refería a que hay que preguntarse cuál es la función de la solidaridad en la dinámica de mercado. Incluso la forma actual de ésta ayuda a mantener la homeostasis del sistema, en lugar de introducir cambios estructurales. La fantasía de la solidaridad es que con ese acto (llevamos bolsones, donamos plata, construimos viviendas, etc.) estamos introduciendo un cambio en la realidad social, modificación real de las condiciones. El punto es que incluso en este nivel aportamos a un mantenimiento del status quo, siguiendo a Zizek que define al capitalismo como ese sistema con la habilidad de sobrevivir porque constantemente reintegra sus propios desechos. Es decir, un sistema que se apropia de la solidaridad para tapar sus desigualdades estructurales; las clases medio-altas hacen "caridad", son "solidarios", y en ese acto expían la culpa de saber que la clase baja existe muy cerca, que ellos tienen algo y otros no, siendo esto un hecho inevitable porque a nivel profundo es necesaria la existencia de clase baja para que existan las otras dos, media y alta. Sino el sistema se autodestruye. Pero eso en el video me parece que está claro de alguna manera.
    Y por último, creo que se demanda en este sentido un cambio radical de conciencia de la clase media. En la medida en que ésta siga sosteniendo un discurso fundado en intereses individuales, van a haber otros discursos dispuestos a seducir con la oferta del objeto de deseo, darle a la clase media lo que quiere servido en bandeja: listo, tenemos voto. He aquí el menemismo (¡Cómo soportar una inflación si vivimos casi 8 años 1 a 1!) y el radicalismo. Quizá sea hora de movilizar otras cuestiones, cosa que no implica avalar la injusticia, solo cambiar la forma de reclamo y demanda. Un abrazo querido.

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  7. Es un análisis válido el de Zizek. Pero hay que reconocer que es difícil apartarse de los intereses individuales, la persona piensa y actúa como individuo, en términos egoístas. Ya lo planteaba Hobbes con su visión antropomórfica negativa del hombre, donde "(...) el hombre es lobo del hombre". El cambio debe ser radical, va a ser dificultoso hacerlo. Creo Santi, que va a ser fundamental lo comunicacional, el cómo se transmite la idea. Un abrazo grande!!!

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