lunes, 25 de marzo de 2013

El fallecimiento de Hugo Chávez y las elecciones en Venezuela


Estimados, los invito a leer la nota que me publicaron el Domingo 24 de Marzo en el suplemento del diario Puntal "Economía, Gobierno y Sociedad" de la Fundación EGE. Lo pueden hacer accediendo al link o leyendo la nota de abajo: http://www.fundacionege.org/semanario.html.

El 5 de Marzo se conoció una noticia que impactó al mundo en general –desde Israel y los EEUU al mundo musulmán, de Cuba a la prensa rusa, china e iraní- y sobretodo a Latinoamérica: el fallecimiento, a los 58 años de edad, de Hugo Rafael Chávez Frías. A casi veinte días del suceso, poco más se puede agregar de quien era el electo Presidente de la República Bolivariana de Venezuela hasta su muerte, ya que los medios antes y durante el funeral que duró cerca de diez días han hecho una cobertura completa. Pero bien vale hacer una breve reseña para comprender su figura y esbozar las características de las próximas elecciones planteando como eje su sucesión.


¿Quién era Hugo Chávez?

La  defunción de Hugo Chávez abrió la puerta para que sus seguidores manifestaran su gratitud y los detractores esgrimieran  sus críticas sobre su persona. Indudablemente fue una figura fuera de lo común, de ésas que aparecen cada tanto y marcan una época. Dividió a su país en dos tendencias e impactó en el sistema internacional adoptando una posición activa, basada en sus elocuentes críticas a los EEUU y el desarrollo de la Revolución Bolivariana al “Socialismo del Siglo XXI”.

Sus principales objetivos fueron la lucha en contra de la pobreza, las desigualdades y la exclusión social, logrando que fueran temas centrales en la agenda doméstica como en la latinoamericana. A su vez, con su irrupción, estimuló a la  política venezolana -la cual se encontraba en un estado de letargo e indiferencia desde hacía décadas-, politizando el ambiente a través del fomento de los movimientos sociales. En la actualidad, muchos habitantes del país sudamericano forman parte de estas agrupaciones –personas de los barrios, estudiantes universitarios, miembros de las clases medias-, mediante las cuales configuran una serie de demandas y exigen al gobierno su cumplimiento. Recordemos que ya había intentado dar un viraje político a su país, en el fallido golpe de Estado del año 1992, teniendo como consecuencia directa su encarcelamiento durante  dos años. Sin embargo, esto no lo frenó y en el año 1999 logró su cometido de ser el Presidente de Venezuela hasta su deceso.

Las principales críticas que ha realizado la oposición a su gobierno son que, a pesar de sus resultados sociales, no ha dejado una democracia más fuerte ni una economía próspera. Y esto ha sido a pesar de que gozó del importante aumento del precio del petróleo. Pero, la reducción de la pobreza ha sido menor en comparación a países que han seguido otra línea ideológica como Chile o Perú. Bien vale mencionar que la economía venezolana entre 1998 y 2012 se expandió casi un 50%, pero fue el país con menor crecimiento de la región, superada de cerca por Argentina, pero ambas por debajo de Colombia, Brasil Chile y Perú (Fuente: CEPAL, año 2007). De acuerdo al economista venezolano Moisés Naím: “Venezuela posee uno de los mayores déficits fiscales del mundo, la mayor tasa de inflación, el peor ajuste del tipo de cambio, el incremento más rápido de la deuda y una de las mayores caídas de la capacidad productiva, incluso en el crítico sector del petróleo”. A su vez el país ha perdido competitividad internacional y atractivo para las inversiones extranjeras, a lo cual se le debe sumar que ha subido a los primeros puestos entre los países más corruptos e inseguros del mundo. En definitiva, mientras sus seguidores definían al gobierno como democrático, participativo e inclusivo sus detractores criticaban su fuerte personalismo y demagogia en lo que denominaban un gobierno de corte populista.


Las elecciones que se avecinan

Tras el fallecimiento de Chávez, y de acuerdo a lo que establece la Constitución, se realizarán elecciones a los 30 días siguientes de dicho acontecimiento. Por lo que el domingo 14 de Abril se celebrarán nuevas elecciones en el país caribeño. El Consejo Nacional Electoral convocó al proceso de inscripción y, como se preveía, la elección se ha polarizado entre dos candidatos: Nicolás Maduro en representación del Gran Polo Patriótico y Henrique Capriles Radonski por la Mesa de la Unidad Democrática.

Aquí debemos señalar tres particularidades a tener en cuenta para estos 21 días que quedan de campaña. En primer lugar, la elección de Nicolás Maduro como sucesor de Chávez a priori parece lógica, ya que era el Vicepresidente –actual Presidente - y ha tenido una trayectoria cercana al ex mandatario, siendo destacable su labor como Canciller. De hecho, el 8 de Diciembre del año pasado, a una semana de las elecciones regionales, el mismo Hugo Chávez señaló que: “(…) si algo ocurriera, repito, que me inhabilitara de alguna manera, yo... Nicolás Maduro, no solo en esa situación debe concluir, como manda la Constitución, el período sino que mi opinión firme, plena como la Luna llena, irrevocable, absoluta, total, es que, en ese escenario que obligaría a convocar, como manda la Constitución, de nuevo a elecciones presidenciales ustedes elijan a Nicolás Maduro como presidente de la República”. En segundo lugar, que sea Capriles el otro contendiente es un dato relevante, ya que recordemos que en las elecciones de Octubre del año pasado cosechó 6.591.304 de votos -lo cual representa el 44,31%- y está planteando una campaña más agresiva que la anterior. Lo que abre la llave al tercer punto a tener en cuenta, y es que en estos momento Maduro, de acuerdo al sondeo de Datanálisis, tiene una ventaja de 14,4% por sobre Capriles.




Si se permite un pronóstico, la ventaja que tiene el actual Presidente es importante y permite presagiar un triunfo del GPP. Pero esto a su vez genera preguntas, como si el estilo de liderazgo se mantendrá, si se producirá un período de transición, si la desinformación en torno a la enfermedad de Chávez se debió a fracturas en torno al movimiento, si la ayuda económica a ciertos países latinoamericanos continuará, si el “socialismo del siglo XXI” perderá impulso sin su principal figura. Son todas preguntas que el tiempo, al igual que el lugar que ocupará Hugo Chávez en la historia, se encargará de responder.

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