lunes, 9 de julio de 2012

La destitución de Fernando Lugo en Paraguay: Crónica de una muerte anunciada


Estimados, los invito a leer la nota que me publicaron el Domingo 8 de Julio en el suplemento del diario Puntal "Economía, Gobierno y Sociedad". Lo pueden hacer accediendo al link -http://www.fundacionege.org/publicaciones/semanario/2012/07/08/Seccion6.html- o leyendo la nota de abajo.

            La  vorágine del sistema internacional ha hecho que desviemos nuestra mirada hacia el país vecino de Paraguay, debido a que el 22 de junio se produjo la destitución de Fernando Lugo como Presidente. La controversia ha girado en torno a si se trató de un golpe de Estado o fue un juicio político legítimo, tema  central que responderemos al tener en cuenta una serie de cuestiones del contexto político y no político paraguayo.


La multicausalidad de la destitución

            ¿Por qué digo que es la crónica de una muerte anunciada? Por múltiples causas. Primero, porque la Alianza que llevó al poder a Fernando Lugo era frágil. Esto se debe a la disparidad ideológica y de intereses que existía, lo cual se puede observar en que ésa misma Alianza le dio la espalda tanto en la Cámara de Diputados como en la de Senadores. Lo que se comenta es que los liberales al ver que Lugo no los hacía partícipes del gobierno y que la mayoría de los ministerios estaban en manos del Partido Colorado se unieron a éste último para sacarlo del poder. Segundo, el Partido Colorado que ha gobernado durante 61 años a Paraguay -de hecho, durante la larga dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989), el dictador había controlado dicho partido- es cercano al 1 por ciento de la población que es dueña del 80 por ciento de la superficie cultivable. Son 354 familias ricas propietarias de gran parte del Estado, un país en el que el 42 por ciento de la población vive en zonas rurales. Allí radica gran parte del problema del país, y basta recordar dos asuntos: Lugo basa su poder en el apoyo del campesinado en constante conflicto rural y en su plataforma de gobierno figura una reforma agraria. Y tercero, en Paraguay existe una gran debilidad institucional y escasa tradición democrática, lo cual le impidió a Lugo la construcción del poder por provenir de un sector no afín a los sectores tradicionales.

           La mayoría de los Estados latinoamericanos ha comenzado ha hablar de un “golpe de Estado”. La Argentina y Cuba han retirado a sus embajadores, Brasil y Uruguay han llamado a consulta a sus respectivos embajadores; y Ecuador y Panamá dicen que sólo van a reconocer al gobierno de Fernando Lugo. Lo de Cuba es discutible, ya que como señala Andrés Oppenheimer para un medio paraguayo, no ha permitido elecciones libres en más de cinco décadas y suena incongruente su aclaración de que “(…) no reconocerá autoridad alguna que no emane del sufragio legítimo y el ejercicio de la soberanía por parte del pueblo paraguayo”. En lo que se refiere al Mercosur y la Unasur, han decidido suspender temporalmente a Paraguay –quien no participó de la reunión del Consejo del Mercado Común y Cumbre de Presidentes del Mercosur que se realizó la semana pasada en Mendoza-.



            El Estado que se benefició con la suspensión fue Venezuela. El país gobernado por Hugo Chávez era un miembro asociado del Mercosur, pero en el 2006 se suscribió al Protocolo de Adhesión para ser un Estado Parte. Necesitaba la aprobación de todos los Parlamentos de los Estados miembros y tanto Argentina, Brasil como Uruguay se lo dieron, excepto Paraguay. Algunos sectores argumentaban falta de democracia en Venezuela, por lo que su ingreso estaba imposibilitado…hasta la suspensión temporal que le dio la posibilidad de ser admitido como Estado Parte desde el 31 de julio. Las suspicacias no se han hecho esperar como así tampoco las críticas desde el mismo seno de la organización, como ha sido el caso de Uruguay.

Golpe de Estado, no; más grave aún

            Desde un punto de vista personal, no creo que haya sido un golpe de Estado. ¿Por qué? Partiendo de la definición más aceptada –de acuerdo al Ministerio de Educación de nuestro país-, un golpe de Estado es “(…) la toma del poder político, de un modo repentino y violento, por parte de un grupo de poder, vulnerando la legitimidad institucional establecida en un Estado, es decir, las normas legales de sucesión en el poder vigente con anterioridad”. Ateniéndonos a ésta definición, en Paraguay se cumplió con lo que reglamenta el art. 225 de la Constitución de Paraguay, por lo que la toma del poder no vulneró la legitimidad institucional establecida. Lo que la mayoría de los críticos al juicio político por lo sucedido en la localidad de Curuguaty alegan, es que el procedimiento no se llevó de manera adecuada, ya que Lugo en vez de tener los 18 días que solicitaba para preparar su defensa tuvo dos horas. No obstante, el artículo no estipula un tiempo concreto de preparación, ya sea por vaguedad o ambigüedad en sus términos, por eso la primera reacción del ex obispo fue aceptar la decisión de las Cámaras –recordemos que ambas votaron en contra de Lugo, la de Diputados 73 a 1 y la de Senadores 39 a 4-. Actitud que cambió ante la condena generalizada de los países de la región.



            De cualquier modo, que no entre dentro de la definición de golpe de Estado no deja de lado que lo sucedido sea negativo. El que se haya podido utilizar los canales a disposición para la destitución, marca la pauta de que el problema es aún más profundo de que si fue o no fue un golpe de Estado, y allí se debe centrar el debate de la región. Debate que incluye en avasallamiento de las instituciones democráticas y de los principios republicanos por parte de gobiernos de derecha y de izquierda en Latinoamérica, por lo que el contenido es aún más grave.

¿Más de lo mismo?

            En conclusión, el actual contexto paraguayo se mantendrá hasta el año próximo, puesto que Fernando Franco –el ahora mandatario paraguayo, ya que era vicepresidente de Lugo fruto de la alianza- no adelantará las elecciones y gobernará tratando de no quedar aislado en la región. El principal candidato a las elecciones del año que viene es el miembro del Partido Colorado, Horacio Cartes. Cartes había aparecido en los papeles hechos públicos por Wikileaks vinculado al narcotráfico y el Departamento de Estado de EEUU le investigó en el marco de una operación relacionada con el lavado de dinero. Entonces, representa a los vicios que llevaron al actual contexto y su triunfo significaría la erosión de la democracia y la falta de independencia de los poderes, vicios de la “mala política” –no la “vieja política”, como la denominan algunos-. Habrá que observar cómo reacciona la sociedad, ya que mientras la forma de hacer política se mantenga de ésta manera, los 61 años “colorados” serán muchos más.


miércoles, 4 de julio de 2012

El contexto político-económico de Grecia II


                Antes de leer la nota quiero hacer una importante aclaración. Éste artículo lo escribí el día posterior a las elecciones griegas, pero por una cuestión de tiempo lo pude subir hoy. Por eso se notará que me refiero a acontecimientos que ya han sucedido, ya que el gobierno ha logrado formar una coalición.

           El día de hoy voy a hacer un paréntesis a las columnas sobre el tema central doméstico –la situación económica de nuestro país, y más precisamente el primer tema que abordamos, que es la tasa de inflación-, para analizar las primeras impresiones que surgen de las elecciones que se celebraron ayer en Grecia.


            Como lo habíamos anticipado a principio de mes en un artículo que apareció luego en el suplemento del diario Puntal “Economía, Gobierno y Sociedad”, el 17 de Junio se celebrarían nuevamente las elecciones parlamentarias en el país heleno. El por qué eran atrayentes éstas elecciones de un país que tiene una superficie similar a Santa Fe -131900 km2- con una población a la de Tucumán, Salta, Santa Fe, Misiones, Mendoza y Córdoba juntas -11260401 de habitantes- son que los individuos se consolidaron como un actor internacional y se han expresado ante las medidas que se venían adoptando en el país helénico, el papel que podía jugar Alexis Tsipras –líder de la izquierda,  SYRIZA- y por último,  se planteaba que el resultado de las elecciones iba a determinar si Grecia salía o no del euro, cuestión con la cual me demostré en desacuerdo –sino ir a “El contexto político-económico de Grecia”-.


            Analizando los números que dejaron las elecciones, los cuales hay que señalar se acercaron a lo que vaticinaban los sondeos, un 62, 47 % de las personas habilitadas para votar se acercaron a las urnas -61.552.56 de 10 millones que aproximadamente estaban en condiciones de sufragar- y arrojó el siguiente resultado: en primer lugar, resultó ganador nuevamente Antonis Samaras de Nueva Democracia con 1.825.609 votos que se traducen en el 29,66% y 129 escaños –recordemos que al partido que obtiene la mayoría se le otorgan 50 escaños más  respecto a los otros partidos-; en segundo lugar resultó Alexis Tsipras de SYRIZA con 1.655.053 que se traducen en el 26,89% y 71 escaños; y en tercer lugar resultó Evangelos Venizelos de PASOK con 755.832 que se traduce en el  9,3% y 33 escaños.

Antonis Samaras, el nuevo Primer Ministro griego

            Así podemos afirmar que, nuevamente, ningún partido obtuvo la mayoría absoluta para no tener la necesidad de conformar una coalición, lo que reafirma el rol desarrollado por el individuo. De esta forma, Samaras tiene un lapso de tres días para hacerlo, por lo cual se reunió con Tsipras –en virtud de que ha salido segundo- para aproximarle una propuesta. El líder de la Alianza de la Izquierda Radical desechó dicha propuesta y ha declarado que “(…) seguiremos en la oposición y siendo adversarios”. Por lo tanto, en el transcurso del día de hoy el líder de Nueva Democracia se va a reunir con Venizelos, quién resultó tercero, para acercarle una propuesta a él. Si la acepta reunirían 162 escaños, los necesarios para que la coalición se cumpla. Pero existe un impedimento: Venizelos ha exigido que en una probable coalición se encuentre SYRIZA, por lo que Samaras ya se encuentra dialogando con otras fuerzas por las dudas de que no pueda concretar la coalición. ¿Qué pasaría si no se conformara la coalición? En ése caso el presidente griego, Karolos Papoulias, le encargaría a Tsipras que conformara un gobierno de coalición, lo cual sería improbable por la cantidad de escaños con los cuales cuenta y aparecería un escenario similar a las post-elecciones del 6 de Mayo. Es improbable que se llegue a éste punto, ya que los políticos griegos van a propender a la conciliación de un contexto político convulsionado, y Samaras ya ha dicho que está dispuesto a negociar “nuevos plazos” a las condiciones que se le han impuesto a Grecia por los préstamos recibidos.

            Por otra parte, Alexis Tsipras si bien no triunfó, se consolidó como el adversario de la “troika” conservadora a menos de 200 mil votos. Los medios de comunicación y mandatarios europeos, en su mayoría, apoyaron al líder conservador en detrimento de la izquierda griega. Ejemplo de esto son las declaraciones de Mariano Rajoy quien dijo que: “El resultado de las elecciones griegas es una muy buena noticia para Grecia, para la Unión Europea, para el euro y también para España”. De acuerdo al portal Observador Global, “(…) los dirigentes europeos, que no disimulaban su preferencia por el derechista Antonis Samaras, se han tranquilizado con su victoria frente al líder de la izquierda radical, Alexis Tsipras”. Lo que lograron fue colocar como tema central la cuestión de que si Tsipras triunfaba Grecia saldría del euro, cosa que remarco, no iba a suceder. ¿Por qué digo esto? Porque el mismo Tsipras lo dijo y remarcó, y a su vez, porque el costo económico de la salida de Grecia del euro sería aún mayor que sostenerlo.


            Desde mi punto de vista ha triunfado la prudencia y el pragmatismo que deben empezar a imperar en estos momentos críticos en la región, donde se debe dar lugar a la cooperación y no al conflicto, ya que la interdependencia compleja entre los Estados europeos se ha hecho aún más evidente. Y esto iba a suceder triunfara quien triunfara. La cuestión va a ser resolver el combo que se ha implementado hasta ahora, y que señala el economista Lucas Llach:

            “El triunfo garantiza la continuidad de un combo de políticas europeas: financiamiento a los bancos y a los estados nacionales para que no haya defaults ni quiebras bancarias, a cambio de políticas fiscales duras. Por lo tanto en lo inmediato no caerán bancos ni habrá defaults. El problema es que nada de esto soluciona la cuestión del crecimiento. Economías como la griega o la española están en recesión por desequilibrios estructurales (combinación de falta de competitividad, endeudamientos públicos o privados insostenibles) y por la multiplicación de ellos a través de los riesgos, que elevan los intereses y por esa vía contraen el gasto. La recesión acentúa el problema bancario (por menor capacidad de repago) y acentúa la crisis fiscal (por caídas en la recaudación). Sin crecimiento, Europa tendrá que poner cada vez más plata para evitar el default y la devaluación”.

Discusión sobre la actualidad económica. Primer eje temático: La inflación.


        En la última columna hice referencia a que en la agenda doméstica, no la crisis económica pero sí la economía propiamente dicha, se estaba instalando como tema central. Por eso hoy vamos a tratar la primera cuestión que genera diversas controversias, y es la inflación.

            En primer lugar, nos vamos a poner de acuerdo en lo que definimos como  inflación. Siempre partiendo de que estamos hablando de la Argentina, en economía la inflación se denomina como el incremento generalizado de los precios de bienes y servicios con relación al peso, sostenido durante un período de tiempo determinado. Cuando el nivel general de precios sube, cada unidad de peso alcanza para comprar menos bienes y servicios. Es decir que la inflación refleja la disminución del poder adquisitivo de la moneda. Lo podemos ver en un hipotético ejemplo: usted va al supermercado y con $100 compra 10 productos; si va un año después y con ésos $100 puede comprar 8 productos, quiere decir que su dinero ha perdido un 20 % su valor o ha existido un 20 % de inflación.


            En un principio el término hacía referencia al aumento de la cantidad de dinero en circulación, afirmando que la emisión de moneda había sido inflada artificialmente por encima de las reservas que la respaldaban. Sin embargo, el uso del término cambió gradualmente hasta usarse de forma general para referirse al aumento en el nivel de precios que aparecía como consecuencia de esa emisión, y finalmente para referirse al aumento de precios en general como decíamos en un principio. En la actualidad se utilizan tanto los conceptos de inflación monetaria como inflación de precios, para diferenciar los procesos que dan origen a la subida generalizada de los precios.

            Por otra parte, la inflación puede clasificarse en distintas categorías, de acuerdo a la magnitud de la subida de precios. La inflación moderada se refiere al incremento de forma lenta de los precios. Cuando los precios son relativamente estables, las personas se fían de éste, colocando su dinero en cuentas de banco. Las personas están dispuestas a comprometerse con su dinero en contratos a largo plazo, porque piensan que el nivel de precios no se alejará lo suficiente del valor de un bien que puedan vender o comprar. La inflación galopante, sucede cuando los precios se incrementan a tasas de dos o tres dígitos de 30, 120 ó 240% en un plazo promedio de un año, el cual pareciera ser el escenario al cual apunta nuestro país. Por último, la hiperinflación, es una inflación anormal en exceso que puede alcanzar hasta el 1000% anual. Este tipo de inflación anuncia que un país está viviendo una severa crisis económica pues, como el dinero pierde su valor, el poder adquisitivo -la capacidad de comprar bienes y servicios con el dinero- disminuye y la población busca gastar el dinero antes de que pierda totalmente su valor. Éste escenario tampoco nos es ajeno, ya que es el cual se vivió a fines de la década de los ´80.



            Una vez dejado en claro éste tema conceptual, podemos adentrarnos en la situación específica de nuestro país. Situación que presenta por lo menos tres  particularidades. La primera, es que tenemos dos índices de precios al consumidor –IPC-: el que difunde el INDEC -Instituto Nacional de Estadística y Censos- y por otro lado, las consultoras privadas. La segunda, es la disparidad que presenta una de la otra. Y la tercera, es que las empresas privadas ya no pueden difundir sus datos libremente desde principios del año pasado. Esto sucede porque la Dirección Nacional de Comercio Interior –la cual es dirigida por el Secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno-, amparándose el artículo 9 de la Ley de Lealtad Comercial –ley que fue sancionada por la última dictadura, en mayo de 1983-,  ha amenazado con sancionar a las consultoras privadas con el pago de 500 mil dólares en concepto de multa. ¿Qué estipula el artículo 9? Penaliza “(…) cualquier clase de presentación, publicidad o propaganda que mediante inexactitudes u ocultamientos pueda inducir a error, engaño o confusión respecto de, entre otras cosas, el precio y condiciones de comercialización de bienes muebles, inmuebles o servicios”. Por esto, desde el año pasado para evitar las multas, son los legisladores opositores quienes difunden los datos de las consultoras lo cual ha originado la “Inflación Congreso”.



            La pregunta que asalta es cómo llegamos a este contexto peculiar. Para comprenderlo debemos retrotraernos hasta octubre de 2006, cuando la Secretaría de Comercio de la Nación le solicitó a Graciela Bevacqua, que conducía la dirección de IPC, los nombres de los comercios que se encuestaban para calcular el índice de precios minorista. Bevacqua  se negó aduciendo que se lo prohibía la ley de secreto estadístico. El 29 de enero de 2007 la directora, que vale aclarar llevaba diez años en esa dirección, fue desplazada sin previo aviso junto a numerosos técnicos de la dirección. En su lugar asumió una persona vinculada políticamente con Guillermo Moreno,  Beatriz Paglieri –actual encargada de la Secretaría de Comercio Exterior-. Los empleados del instituto denunciaron entonces un cambio de la metodología que no fue publicada ni discutida entre los técnicos. Para dicho mes, el INDEC difundió un índice de 1,1 %. Sobre este dato, Bevacqua que ya no trabajaba en el INDEC pero que sin embargo había supervisado la recopilación de los datos, dijo que “era matemáticamente imposible” y estimó la inflación mensual en casi un 2%. El que era Jefe de Gabinete en ése entonces,  Aníbal Fernández, dijo en relación a la cuestión de los números del INDEC: “Este verso que nos cuentan las encuestadoras privadas es una gran mentira”. El diario Página/12 también defendió el proceder de Moreno, al manifestar que: “Se diseñó una canasta más realista. (...) Antes se medían hasta los viajes al exterior”.

Graciela Bevacqua
      
     En abril de ése año, el fiscal federal Carlos Stornelli, abrió una causa por violación y manipulación del secreto estadístico, involucrando al secretario Guillermo Moreno, a la nueva interventora Beatriz Paglieri y a Ana María Edwin, que a pesar de estar sospechada en la causa, fue nombrada en julio directora del instituto por el nuevo ministro de Economía de la Nación, Miguel Gustavo Peirano y lo sigue siendo hasta nuestros días. Un mes después se conoció el informe del fiscal Manuel Garrido, de la Fiscalía de Investigaciones Administrativa, donde se pedía al Procurador General de la Nación la separación de sus cargos del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, y de la directora de Índices de Precios de Consumo del INDEC, Beatriz Paglieri, también por la supuesta violación del secreto estadístico. Dicho informe se elevó al fiscal federal Carlos Stornelli, y se lo adjuntó a la causa penal que Stornelli había abierto ante el Juzgado de Canicoba Corral.

                                                                                         Beatriz Paglieri

            Durante el año 2008 las denuncias por manipulación de los índices de precios continuaron y según ex miembros del INDEC se llegó a contratar grupos de choque para intimidar y disolver físicamente cualquier manifestación de descontento u oposición. Economistas, industriales y agencias independientes estimaban que la inflación real acumulada de enero a julio de 2008 superaba el 25%, en fuerte contraste con la determinada por el INDEC en sólo un 5%. La mayor crítica al organismo se conformaba en virtud de que las autoridades se rehusaron a informar sobre los mecanismos de confección del índice. Su argumento es que se amparaban en el art. 14 del Decreto 3110/70 que establece: Las declaraciones y/o informaciones individuales no podrán ser comunicadas a terceros -aunque se trate de autoridades judiciales o de servicios oficiales ajenos al SEN- ni utilizadas, difundidas o publicadas en forma tal que permitan identificar a la persona o entidad que las formuló. El juez federal Rodolfo Canicoba Corral declaró la inconstitucionalidad de dicho artículo y ordenó allanar la sede del INDEC para obtener la información citada. Esta resolución judicial fue confirmada por la Cámara Federal y la Cámara Nacional de Casación Penal, hasta que llegó a la Corte Suprema de Justicia de Argentina. El máximo tribunal hizo lugar al dictamen.


            Por otra parte, el INDEC calculaba siempre un índice nacional de inflación. Pero como las provincias empezaron a advertir discrepancias importantes con sus propias mediciones, el Gobierno decidió eliminar el IPC Nacional. Pero algunas provincias como Córdoba, Santa Fe, y San Luis continuaron elaborando y difundiendo índices propios. Desde el 2009 a la actualidad el panorama no varió. De hecho, ése mismo año Amado Boudou, quien era en ése entonces Ministro de Economía, conformó un Consejo Académico de Monitoreo y Seguimiento del INDEC con cinco universidades nacionales. Poco después, las universidades denunciaron que el organismo les negaba información necesaria para el informe. Siempre digo que cada uno puede ser su propio organismo de IPC, ya que cada uno sabe qué compra y cuanto gastaba antes y cuanto gasta ahora.



            Aquí vamos a parar y vamos a dejar el análisis en stand by. Si se quiere hemos presentado el panorama desde un plano político de la inflación. Para la próxima vamos a abordar qué produce la inflación, las consecuencias que puede tener –positivas y negativas-, cuál índice representa para cada uno la realidad y vamos a cerrar el tema. 

            Pero me gustaría dejarles un extracto del artículo “Análisis de la reservas del BCRA” de finales de Noviembre del año pasado para recordar cuál es mi pronóstico de la situación económica de la Argentina. En él decía que: La Argentina tiene la tendencia a entrar en crisis aproximadamente cada diez años. Sino recordemos la crisis a finales de la década de los 80´  -principio de los 90´-  y la última en el año 2001. Lo llamativo es que presentan características similares: comienzan con una escasez de dólares, prosiguen con restricciones a la compra de dólares y terminan con devaluaciones catastróficas y aumentos violentos en la tasa de inflación y serios problemas en el pago de las deudas. Un panorama similar se está observando actualmente.

            El por qué de estas crisis responden a tres causas que históricamente se han repetido. En primer lugar, el gobierno no tiene disciplina en el gasto o, cuando está en regímenes que le permiten hacerlo, en la creación de dinero. En segundo lugar, porque el país depende crucialmente de la exportación de bienes primarios y los precios de estos productos son altamente volátiles, generando grandes abundancias cuando estos precios suben en los mercados internacionales, y crisis cuando estos precios bajan. Por último, porque los gobiernos, por razones políticas, atribuyen el alto crecimiento que acompaña a los booms a sus sabias políticas, y no se preparan para cuando el golpe inevitablemente venga con la caída de los precios de los productos primarios, o para cuando ya no sigan creciendo como crecieron en el auge del boom.

            E igualmente se presentan otras paradojas: la Argentina, que hace unos años presumía de tener una moneda más fuerte que el dólar, está en crisis porque la gente, desesperada por conseguir dólares, está causando una caída muy grande en las reservas de dólares del Banco Central y ha abierto un mercado negro en el que los dólares valen 15 por ciento más que en el mercado oficial.