miércoles, 30 de noviembre de 2011

Análisis de las reservas del BCRA

            En el día de hoy saldremos un poco de la temática en torno a lo internacional, para concentrarnos en el ámbito doméstico. La situación económica de nuestro país en medio de la crisis internacional, que como innumerables veces hemos dicho es el tema central en marco de la agenda internacional, así lo merece. Sobretodo si tenemos en cuenta que este año ha sido particular, en virtud de  de las elecciones.

            La Argentina tiene la tendencia a entrar en crisis aproximadamente cada diez años. Sino recordemos la crisis a finales de la década de los 80´  -principio de los 90´-  y la última en el año 2001. Lo llamativo es que presentan características similares: comienzan con una escasez de dólares, prosiguen con restricciones a la compra de dólares y terminan con devaluaciones catastróficas y aumentos violentos en la tasa de inflación y serios problemas en el pago de las deudas. Un panorama similar se está observando actualmente.

            El por qué de estas crisis responden a tres causas que históricamente se han repetido. En primer lugar, el gobierno no tiene disciplina en el gasto o, cuando está en regímenes que le permiten hacerlo, en la creación de dinero. En segundo lugar, porque el país depende crucialmente de la exportación de bienes primarios y los precios de estos productos son altamente volátiles, generando grandes abundancias cuando estos precios suben en los mercados internacionales, y crisis cuando estos precios bajan. Por último, porque los gobiernos, por razones políticas, atribuyen el alto crecimiento que acompaña a los booms a sus sabias políticas, y no se preparan para cuando el golpe inevitablemente venga con la caída de los precios de los productos primarios, o para cuando ya no sigan creciendo como crecieron en el auge del boom.

            E igualmente se presentan otras paradojas: la Argentina, que hace unos años presumía de tener una moneda más fuerte que el dólar, está en crisis porque la gente, desesperada por conseguir dólares, está causando una caída muy grande en las reservas de dólares del Banco Central y ha abierto un mercado negro en el que los dólares valen 15 por ciento más que en el mercado oficial.

            Así llegamos a la discusión en torno a las reservas del BCRA. El 31 de mayo del 2003, cuando asumió Néstor Kirchner, las reservas del BCRA eran de USD$ 11.087 millones. Al 31 de diciembre de 2009 llegaban a USD$ 47.967. Las reservas aumentaron en USD$ 36.880 millones. Hasta aquí se pueden presentar como datos positivos, ya que las reservas se multiplicaron 4,3 veces. Es más, Marcó del Pont –actual Presidente del Banco Central- argumenta que esas reservas no surgieron del endeudamiento, sino del comercio exterior, en virtud de más exportaciones que importaciones. Ah me olvidaba, no estamos contando los Fondos de las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP) que pasaron a manos de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES).

            Nos lleva a preguntarnos, ¿cuál fue el saldo de balance comercial acumulado entre 2003 y 2009? El acumulado fue de USD$ 93.131 millones versus un aumento de reservas de USD$ 36.880 millones. Si el gobierno hubiese generado confianza, hoy las reservas tendrían que estar por arriba de los USD$ 100.000 millones -los USD$ 10.000 de reservas que recibió Néstor Kirchner cuando asumió más el saldo de balance comercial (exportaciones menos importaciones)-, pero la gente decidió resguardar sus ahorros en dólares. Por lo tanto, están faltando USD$ 56.251 millones. Es cierto que hubo una crisis económica a nivel mundial desde el año 2008, donde se fugaron capitales en el período 2008-2009 por un valor de capitales por USD$ 37.217 millones, cifra inferior a los USD$ 56.251 millones que faltan. Hay que explicar dónde se fueron los USD$ 19.034 millones que faltan.
           
            Otra cuestión que no se ha mencionado es el pasivo del BCRA. Bien, se han acumulado USD$ 36.880 millones, pero los pesos en circulación pasaron de $ 20.757 millones en mayo del 2003 a $ 98.065 millones en diciembre del 2009. O sea, el pasivo creció 4,7 veces.

            Hace unas semanas atrás el panorama de esta semana ya era advertido por los analistas económicos. Adrián Ravier decía que:

               “Los analistas afirman que el gobierno reducirá la emisión monetaria para intentar controlar la inflación. Saben que esto los obligará a reducir el gasto público, para lo cual ya se habla de reducir gastos en subsidios. Amado Boudou, antes Ministro de Economía, ahora vicepresidente, ha manifestado su interés en acordar con el Club de París para volver a colocar deuda en el mercado internacional y para crear algo de confianza y reducir la fuga de capitales que sigue preocupando al Banco Central”.

            Esto viene a reforzar la idea de que uno hace este análisis, no porque sea “anti K” o pertenezca  a la “Opo”, sino porque hace un análisis objetivo de los datos y señala incongruencias que pueden tener un desenlace que ya conocemos. Por último, para aquellos que creen que las devaluaciones son la solución para cualquier cosa, se preguntan por qué Argentina no devalúa en este momento, ya que el gobierno ha dicho por tanto tiempo que las iniciales devaluaciones fueron las que llevaron a las altas tasas de crecimiento de los últimos años. No lo hacen por dos razones. Primero, porque estas tasas no se debieron a las devaluaciones sino a que subieron los precios de los productos primarios. Segundo, porque si devalúan, la inflación, que ya es de cerca de 30 por ciento anual, se aumentaría sustancialmente, con lo que la gente demandaría más dólares para protegerse de la inflación, causando aún mayores caídas de reservas, en un círculo vicioso sin otro fin que una tremenda crisis financiera al estilo argentino.

Nota: la mayoría de los datos estadísticos fueron obtenidos de la nota de Roberto Cachanosky: Argentina: “La acumulación de reservas, un fracaso presentado como un éxito”.

2 comentarios:

  1. Mira, a un país que no está abierto comercialmente, que tiene sectores que hacen lobby por el apoyo del estado y para tener mas privilegios para sus fábricas; tienes que sumarle una política que mató a impuestos al aparato productivo. Si, retenciones a la soja (p.ej.) son un impuesto que desestimulo a las tierras menos productivas, y por esta consecuencia tambien entran menos divissas y menos actividad. Ademas ahora bajo la soja, y el estado precisa esos recursos. Un país sin credito porque no pagó, mas un plan de saneamiento que no va a pagar, mas hacer política demagógica lleva a esto. Las cuentas que las saque otro. PD soy anarcocapitalista, lo que no quiere la K

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  2. Justamente, aquí he presentado una interpretación de una serie de datos oficiales. Sinceramente espero que el desenlace no sea el que pronostico, aunque parece que hacia allá vamos. Un saludo, gracias por comentar.

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