Hace dos meses escribía que el fin de la era Gaddafi era un hecho, en vista de los diferentes acontecimientos.
"El tema central esta semana es el conflicto en Libia, y el fin de la era Gaddafi, quien gobernó a Libia desde 1969.
A fines de Mayo, hablábamos sobre la situación en Libia, y un estancamiento en el avance de los rebeldes, representados por el Consejo Nacional de Transición. La realidad marca que a pesar de las resoluciones del Consejo de Naciones Unidas, la 1970 que establecía una serie de sanciones económicas y la 1973 que establecía la zona de exclusión aérea, a la OTAN y los rebeldes les costó más de lo que suponían en un primer momento derrocar al gobierno de Gaddafi. Porque más allá del discurso de la organización internacional, el objetivo final ha sido ése, y es la gran crítica que se hace en estos momentos. La intervención fue muy evidente, lo que se rescata es que a pesar de todas las contradicciones, retrasos y errores, al empezar la violencia en Libia la mayoría de países occidentales se pusieron del lado cierto, el de los ciudadanos que luchaban por su libertad y dignidad.
Los rebeldes el día Lunes tomaron Trípoli, se habla de un 95% de la ciudad, sin embargo aún reina el desconcierto. Un ejemplo claro es que cuando se daba por hecha la detención de Saif al Islam, hijo y mano derecha de Gaddafi, su aparición triunfal ante los periodistas en Trípoli dejó descolocados tanto a los rebeldes, que habían anunciado su arresto horas antes, como a la Corte Penal Internacional (CPI), que había confirmado la detención y había dicho incluso que ya estaba negociando la entrega del valioso preso para ser juzgado cuanto antes.
A partir de ahora, como dice Andrés Repetto, aparecen una serie de interrogantes hacia el futuro. Restablecer una Administración fuerte y unificada que controle la totalidad del territorio a la par que se construye una democracia no será fácil. Por caso, ya se está postulando el nieto del Rey Idris I, Mohamed al Senusi, quien vive en el exilio hace ya más de 20 años declaró estar dispuesto a “servir al pueblo”. Tampoco resultará sencillo que las armas y la legitimidad adquirida en el campo de batalla cedan el paso a la iniciativa civil, en especial si algunos grupos deciden continuar la lucha (hay ciudades enteras todavía en manos de los partidarios de Gadafi) o aprovecharse de la falta de autoridad central. Hay una realidad, y es que en Libia se rompió el extraordinario carácter pacífico de los alzamientos democráticos árabes. Y por último quedará ver qué papel le cabe a las potencias Occidentales, y cómo será su accionar en Siria.
América Latina se ha pronunciado de manera dispar. Mientras el presidente de Venezuela, Hugo Chávez expresó que reconocerá “(…) un sólo gobierno, el que dirige Muammar Gaddafi”, Nicaragua afirmó, aunque sin mencionar explícitamente a Gaddafi, que consideraría “positivamente” una solicitud de asilo y Ecuador ha condenado las operaciones de la Organización del Atlántico Norte (OTAN) en Libia, que calificó de “clara invasión y una afectación a la autodeterminación del pueblo libio”. Por otra parte, Panamá fue el primer país latinoamericano en reconocer a los rebeldes en junio pasado y Colombia había votado a favor de las primeras sanciones a Libia y la posterior intervención. Otros países de América Latina han sido críticos con la intervención de la OTAN , como Cuba, Nicaragua, Argentina, Uruguay y Brasil, pero en estos últimos días no se han pronunciado.
Si hay una certeza es la consolidación del individuo como actor internacional, ya que influye en marco del sistema internacional. Lo podemos observar de manera clara en las distintas manifestaciones que se están produciendo a lo largo del mundo. Desde las movilizaciones de la denominada “Primavera Árabe” en Túnez, Egipto y Libia para nombrar algunos casos, a los indignados en España, los israelíes solicitando mayor justicia social, India pidiendo por el fin de la corrupción y el más cercano a nosotros que es el reclamo de los estudiantes chilenos para una modificación en la enseñanza. Estos casos me parece hacen que los individuos se unan a los actores internacionales ya establecidos, como son los Estados, las Organizaciones Internacionales y las Fuerzas Transnacionales, en las cuales se incluyen a las empresas globalizadas y a las ONG´s."
En el día de hoy, el CNT ha confirmado la muerte del líder libio luego de un bombardeo, lo cual abre el debate en torno a la actuación de las potencias a través de la OTAN. Desde un principio, cuando se establecieron las sanciones a través de resoluciones, el discurso era que no se iba detrás de Gaddafi, lo cual generaba dudas. Para que no quedara resquicio de su dictadura era condición sine qua non su desaparición física. Lo han logrado, ¿pero cuál es el precio para las potencias Occidentales? En primer lugar, sus intereses han quedado expuestos, ya que se acomodan en la "Primavera Árabe" de acuerdo a los interesas particulares que poseen. En segundo lugar, los valores que en teoría exponen, nuevamente han quedado al margen -como sucedió con Bin Laden-.
Más allá de lo que quieran decir, el mundo no se está volviendo un lugar más seguro.
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