jueves, 22 de septiembre de 2011

A diez años del 11-S

           En estos días, para ser más precisos entre el 21 y 30 de Septiembre, la atención se encuentra en lo que es la reunión número 66 de la Asamblea General de las Naciones Unidas. El día de ayer tuvo la posibilidad de presentarse nuestra Presidente, Cristina Fernández de Kirchner, donde renovó el reclamo para abrir un diálogo bilateral con Gran Bretaña por el tema de Malvinas y, la necesidad de que la República Islámica de Irán colabore en lo que se refiere al caso de la AMIA.  Sin embargo, las miradas estarán puestas en lo que mañana será la solicitud por parte del Presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, del reconocimiento del Estado Palestino. Éste tema lo tratamos la semana pasada y plateábamos algunos escenarios a futuro, que se revelarán mañana y los cuales analizaremos la semana próxima.

            Pero para el día de hoy he decidido retrotraerme a diez años atrás, a aquél 11 de Septiembre cuando se produjeron los atentados a las Torres Gemelas –o World Trade Center- y al Pentágono. Desde el 9 de Noviembre de 1989, cuando cayó el Muro de Berlín y la URSS comenzó a eclosionar, el mundo no se había visto sacudido de tal manera. A veces se menciona éste período de tiempo como del 9/11 al 11/9, jugando un poco con la coincidencia de los números. Pero como decía recién, quiero retrotraerme a aquél momento específico.

            Personalmente tenía sólo 16 años, por lo que estaba cursando la escuela secundaria. Por ser el día del maestro no tuve clases, y me encontraba en mi casa desayunando. Otras personas probablemente estaban en sus trabajos, algunos estudiando, o haciendo los quehaceres de la casa; en fin, era un día totalmente normal. Pero alrededor de las diez de la mañana como a muchos nos pasó, quedé sorprendido ante las imágenes de la televisión. A las 08:46 hora de Nueva York -09:46 hora en nuestro país- el vuelo 11 de American se había incrustado por completo en la Torre Norte del World Trade Center. Unos 16 minutos después, veíamos en vivo cómo se chocaba un Boeing 767 contra la Torre Sur. Sinceramente, parecía una escena sacada de una película. La mediatización de los medios de comunicación, que nos genera la sensación de estar cerca de los sucesos que ocurren alrededor del planeta, funcionó a la perfección para los fines  de los terroristas de la red Al Qaeda, ya que generó terror a los que mirábamos. Treinta y cinco minutos después, otro Boeing 757, chocaba contra el Pentágono. A su vez se informaba que mientras se derrumbaba la Torre Sur, lo cual se estaba emitiendo en vivo, el vuelo 93 de United se había estrellado en un campo en Pensilvania. Luego se dijo que el objetivo de este avión era el Congreso de los EEUU. Posteriormente caía la Torre Norte.

            El saldo fue de 2992 muertos –incluyendo a los 19 terroristas- y 24 personas desaparecidas. Entre las personas fallecidas se cuentan cuatro argentinos. Las sensaciones eran extrañas. La máxima potencia mundial en lo político, económico, que había hecho de su cultura una forma de influencia, recibía el primer ataque en su propio territorio. Y nada más y nada menos, que de la mano de 19 miembros de una red terrorista fundada por un ex aliado de ellos: Osama bin Laden. Todavía era pronto, pero en seguida se percibió que el contexto internacional había cambiado.

             Lógicamente, nuestro país se vio sumido en lo que fueron los problemas domésticos del 2001, que tuvieron su corolario el 19 de Diciembre cuando Fernando De la Rúa renunció como Presidente. Pero no por eso podíamos dejar de prestar atención a ciertos síntomas del sistema internacional: la economía estadounidense entró en una fase de recesión como resultado de la inseguridad y la desconfianza en la seguridad del mundo occidental después de una década de crecimiento prácticamente ininterrumpido; se declaró la guerra al terrorismo, siendo su primera expresión la invasión de Afganistán el 7 de octubre de 2001 por fuerzas de la OTAN y la Alianza del Norte con apoyo de las Naciones Unidas, ante la negativa del gobernante régimen talibán de entregar a Osama bin Laden, que supuestamente se había refugiado en ese país; y palabras como Eje del Mal, neoconservadurismo y ataque preventivo comenzaron a ser más familiares.

            Como todos los años, luego del ataque, se conmemora un nuevo aniversario de lo sucedido. Éste año, al conmemorarse el décimo aniversario, no ha sido la excepción. Tanto en los diarios, televisión y radios se ha hecho mención al tema. Han aparecido, como sucede cada año también, las tesis conspirativas en torno al atentado sustentadas en ciertas incongruencias.

            Y la realidad nos recuerda que luego de aquél día el mundo no volvió a ser el mismo. Los conflictos armados, las crisis económicas y las problemáticas humanitarias han proliferado. Por lo que podemos afirmar que el contexto internacional ha ido corriendo el foco en ciertas temáticas, en detrimento del contexto doméstico. El mundo globalizado en el cual nos encontramos así lo infiere, y las crisis económicas y políticas que semana a semana aquí analizamos también. Allí radica la importancia de los atentados del 11-S: más allá del proceso de securitización que sufrió la agenda internacional, se le recuerda al ciudadano que las consecuencias del sistema internacional con mucha probabilidad lo afecten de manera directa o indirecta, para bien o para mal. Quizás afecte su bolsillo, o como me pasó a mí la sensación de seguridad o sensibilidad, pero de una u otra forma ya no hay manera de escaparle.

            De ésta forma recordamos el 11-S y su implicancia en marco del sistema internacional.

2 comentarios:

  1. Esta bueno el análisis, es obvio que se formó un nuevo sistema internacional luego del 11/s pero fue buscado constantemente por EEUU. Como máxima potencia mundial pudo nuevamente cambiar el sistema para su lado realizando una guerra "inexistente" contra un terrorismo ausente hasta ese entonces. Llamese interes por el petroleo, desacuerdos con dictadores (no olvidemos Libia) o renovar la hegemonía y subsistir en una economía de guerra cada vez menos estable y "redituable".

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  2. Estimado Crítico, gracias por tu comentario. En realidad no creo que haya existido un cambio en el sistema internacional, ya que la configuración de poder siguió siendo la misma. Lo que sí hubo fue un proceso de securitización en la agenda internacional -que desde el 2008 le ha dado paso a la crisis económica-. El análisis lo que quiere hacer es, destacar que este hecho puntual que fue el 11-S -en marco de un proceso de mediatización sustentado por los medios de comunicación, como lo fue el denominado "Efecto CNN" en la Guerra del Golfo- hizo que la política internacional tomara un rol de mayor protagonismo. Estoy de acuerdo con vos en que lo que prosiguió obedece a intereses particulares y nacionales de los EEUU, el cual en marco de la construcción de poder pudo influir en el sistema internacional, pero no como amo o rector del mismo, ya que el sistema internacional es anárquico. Un saludo.

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