miércoles, 28 de septiembre de 2011

Solicitud ante la AGNU del Estado Palestino: Segunda Parte

           Como anticipábamos la semana pasada, entre el 21 y 30 de Septiembre, la atención se encuentra en lo que es la reunión número 66 de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Y las miradas, tanto de los analistas como de los medios de comunicación, estuvieron puestos el día viernes en la solicitud por parte del Presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, del reconocimiento del Estado Palestino.

            Ante el grito de “¡Basta, basta, basta!”, Abbas exhortó a una “Primavera palestina” y reclamó que son el último pueblo ocupado. Luego del discurso ante la AGNU, fue recibido en Ramala –Cisjordania- como un héroe, ya que pareciera que el pueblo palestino escuchó lo que deseaba escuchar.

            Pero aquí aparece mi primer interrogante, ¿es realmente representativo este reclamo del líder de la OLP? Como sabemos, tanto la Franja de Gaza como Cisjordania están separadas geográficamente como políticamente. Ya que en Gaza gobierna Hamas, mientras que en Cisjordania lo hace la OLP, a la cual representa Abbas -cuyo mandato expiró hace dos años-. Y no representa a la totalidad de los palestinos, porque la OLP limita la actividad política de Hamas en Cisjordania, lo mismo que implementa Hamas en Gaza con sus rivales de la OLP.

            Justamente Hamas se opone al reclamo esgrimido la semana pasada, ya que consideran que Abbas no consultó con ellos la petición de adhesión de Palestina a la ONU, por lo que la caratularon de “unilateral”. Por lo que así aparece un segundo interrogante, ¿desean los palestinos un Estado en base a las condiciones que se plantearon? De acuerdo con la BBC, “(…) un 35% de los palestinos encuestados tanto en la Ribera Occidental –sinónimo de Cisjordania- como en Gaza, no aprueban la creación de un Estado Palestino independiente en las condiciones que las planteó Abbas”.[1]

            Los temas que preocupan a este porcentaje de la población son tres. Primero que, más allá del reconocimiento del Estado, con ello no significará que desaparezca la ocupación - citan como ejemplo la invasión israelí en el Golán sirio y en el sur de Líbano, que se produjo entre 1982 y 2000, y el ataque contra Líbano en 2006-. A su vez, la OLP dejaría de ser el representante de todos los palestinos y por ende la diáspora vería limitada su expresión y la defensa de sus derechos. Por otra parte,  “(…) el Estado Palestino no podría absorber a los millones de refugiados desde 1948 y se crearía un nuevo conflicto si varios ciudadanos intentaran regresar a los territorios de donde fueron expulsados, ya que muchos de ellos pertenecen hoy a Israel”.[2]

            En cuanto a la posición adoptada por Israel, estuvo centrada en la solicitud de un diálogo bilateral, con el nuevo auspicio del Cuarteto –EEUU, Rusia, ONU y UE-. Este diálogo se enmarca en las conversaciones de arrastre, las cuales son convenientes para los israelíes, ya que cuentan con el apoyo de los estadounidenses. Apoyo que tiene su base en el accionar del grupo de presión pro israelí, más conocido como el lobby israelí, y se materializó en la posición del Presidente Obama quien reiteró su posición de “objetar muy categóricamente” el reconocimiento de un Estado palestino.

            En definitiva, el Consejo de Seguridad de la ONU comenzó a discutir la petición de Palestina de ser admitida como miembro de pleno de derecho, en lo que representa la apertura de un proceso que puede durar semanas o meses y que está condicionado a la posibilidad de que palestinos e israelíes reanuden conversaciones bilaterales. Por lo que de los tres escenarios posibles que había pronosticado, el del medio fue el que se produjo –ni el más optimista, ni el más pesimista-. Este establecía que: “La OLP solicita la adhesión plena, pero el Consejo de Seguridad aplaza la decisión por varias razones, por razones de orden, por una propuesta de modificación del texto, postergándola hasta que se llegue a un acuerdo sobre las modificaciones, lo que concluye anulando al proyecto en su totalidad”. Examinándolo cautelosamente, podría decirse que la defensa diplomática de Israel rindió sus frutos, pero hay una cuestión a tener en cuenta: Israel, a nivel regional, cada vez está más aislado.

            La posición de Egipto como de Turquía no lo benefician. En el caso de Egipto, desde la caída de Mubarak, era previsible que sería difícil para las fuerzas armadas a cargo del poder, sostener las mismas condiciones del impopular tratado de paz con Israel firmado en 1979, a cambio del cual El Cairo recibe de EEUU miles de millones de dólares anuales de ayuda militar. A lo que hay que sumarle el acontecimiento del viernes 9 de septiembre, cuando las Fuerzas de Defensa de Israel asesinaron a 5 guardias fronterizos egipcios durante un incidente con supuestos atacantes palestinos. Esto desató la furia en El Cairo, donde una multitud tomó por asalto la embajada de Israel. En cuanto a Turquía -miembro de la OTAN- las relaciones se han tensado a partir del asalto en aguas internacionales a la flotilla Mavi Mármara por fuerzas israelíes en mayo de 2010. La embarcación de bandera turca llevaba ayuda humanitaria a Gaza, y resultaron asesinados ocho ciudadanos turcos y un estadounidense de origen turco. El rechazo de Israel a pedir disculpas por este incidente llevó al gobierno del primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan a expulsar al embajador israelí en Ankara.
           
            Unos días atrás concluía diciendo que era un tema a seguir, pero que las perspectivas no eran las mejores, pudiéndose generar en todo caso una radicalización de las partes. La radicalización ya se produjo: Netanyahu, Primer Ministro de Israel, había manifestado que no congelaría la creación de asentamientos en los territorios ocupados, porque así lo sugiere su electorado. En una clara muestra de esto, el día de ayer el comité regional de planificación de Jerusalén aprobó la construcción de 1100 nuevas viviendas para israelíes en Gilo, un barrio en la zona oriental de la ciudad que, según la ONU y la legislación internacional, es territorio ocupado. Tanto EEUU, la UE como la Autoridad Palestina han criticado el anuncio, lo cual se interpreta como una represalia por la petición de reconocimiento como Estado planteada por los palestinos ante la ONU. Es más, un grupo de diputados de la coalición de Netanyahu,  han propuesto que Israel anexione todas sus colonias en territorio palestino y cree un Gran Israel. En una carta han recomendado utilizar “la crisis como oportunidad” para la anexión, que según ellos debería combinarse con la retención de los impuestos recaudados por Israel en los territorios ocupados.[3]


[1] Sbarbi Osuna, M. Los palestinos que se oponen a su propia independencia. Observador Global. Disponible en: http://observadorglobal.com/los-palestinos-que-se-oponen-a-su-propia-independencia-n31271.html.
[2] Ibídem.
[3] González, E. Israel aprueba construir 1.100 viviendas en zonas ocupadas de Jerusalén.El País. Disponible en: http://www.elpais.com/articulo/internacional/Israel/aprueba/construir/1100/viviendas/zonas/ocupadas/Jerusalen/elpepuint/20110927elpepuint_9/Tes.

jueves, 22 de septiembre de 2011

A diez años del 11-S

           En estos días, para ser más precisos entre el 21 y 30 de Septiembre, la atención se encuentra en lo que es la reunión número 66 de la Asamblea General de las Naciones Unidas. El día de ayer tuvo la posibilidad de presentarse nuestra Presidente, Cristina Fernández de Kirchner, donde renovó el reclamo para abrir un diálogo bilateral con Gran Bretaña por el tema de Malvinas y, la necesidad de que la República Islámica de Irán colabore en lo que se refiere al caso de la AMIA.  Sin embargo, las miradas estarán puestas en lo que mañana será la solicitud por parte del Presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, del reconocimiento del Estado Palestino. Éste tema lo tratamos la semana pasada y plateábamos algunos escenarios a futuro, que se revelarán mañana y los cuales analizaremos la semana próxima.

            Pero para el día de hoy he decidido retrotraerme a diez años atrás, a aquél 11 de Septiembre cuando se produjeron los atentados a las Torres Gemelas –o World Trade Center- y al Pentágono. Desde el 9 de Noviembre de 1989, cuando cayó el Muro de Berlín y la URSS comenzó a eclosionar, el mundo no se había visto sacudido de tal manera. A veces se menciona éste período de tiempo como del 9/11 al 11/9, jugando un poco con la coincidencia de los números. Pero como decía recién, quiero retrotraerme a aquél momento específico.

            Personalmente tenía sólo 16 años, por lo que estaba cursando la escuela secundaria. Por ser el día del maestro no tuve clases, y me encontraba en mi casa desayunando. Otras personas probablemente estaban en sus trabajos, algunos estudiando, o haciendo los quehaceres de la casa; en fin, era un día totalmente normal. Pero alrededor de las diez de la mañana como a muchos nos pasó, quedé sorprendido ante las imágenes de la televisión. A las 08:46 hora de Nueva York -09:46 hora en nuestro país- el vuelo 11 de American se había incrustado por completo en la Torre Norte del World Trade Center. Unos 16 minutos después, veíamos en vivo cómo se chocaba un Boeing 767 contra la Torre Sur. Sinceramente, parecía una escena sacada de una película. La mediatización de los medios de comunicación, que nos genera la sensación de estar cerca de los sucesos que ocurren alrededor del planeta, funcionó a la perfección para los fines  de los terroristas de la red Al Qaeda, ya que generó terror a los que mirábamos. Treinta y cinco minutos después, otro Boeing 757, chocaba contra el Pentágono. A su vez se informaba que mientras se derrumbaba la Torre Sur, lo cual se estaba emitiendo en vivo, el vuelo 93 de United se había estrellado en un campo en Pensilvania. Luego se dijo que el objetivo de este avión era el Congreso de los EEUU. Posteriormente caía la Torre Norte.

            El saldo fue de 2992 muertos –incluyendo a los 19 terroristas- y 24 personas desaparecidas. Entre las personas fallecidas se cuentan cuatro argentinos. Las sensaciones eran extrañas. La máxima potencia mundial en lo político, económico, que había hecho de su cultura una forma de influencia, recibía el primer ataque en su propio territorio. Y nada más y nada menos, que de la mano de 19 miembros de una red terrorista fundada por un ex aliado de ellos: Osama bin Laden. Todavía era pronto, pero en seguida se percibió que el contexto internacional había cambiado.

             Lógicamente, nuestro país se vio sumido en lo que fueron los problemas domésticos del 2001, que tuvieron su corolario el 19 de Diciembre cuando Fernando De la Rúa renunció como Presidente. Pero no por eso podíamos dejar de prestar atención a ciertos síntomas del sistema internacional: la economía estadounidense entró en una fase de recesión como resultado de la inseguridad y la desconfianza en la seguridad del mundo occidental después de una década de crecimiento prácticamente ininterrumpido; se declaró la guerra al terrorismo, siendo su primera expresión la invasión de Afganistán el 7 de octubre de 2001 por fuerzas de la OTAN y la Alianza del Norte con apoyo de las Naciones Unidas, ante la negativa del gobernante régimen talibán de entregar a Osama bin Laden, que supuestamente se había refugiado en ese país; y palabras como Eje del Mal, neoconservadurismo y ataque preventivo comenzaron a ser más familiares.

            Como todos los años, luego del ataque, se conmemora un nuevo aniversario de lo sucedido. Éste año, al conmemorarse el décimo aniversario, no ha sido la excepción. Tanto en los diarios, televisión y radios se ha hecho mención al tema. Han aparecido, como sucede cada año también, las tesis conspirativas en torno al atentado sustentadas en ciertas incongruencias.

            Y la realidad nos recuerda que luego de aquél día el mundo no volvió a ser el mismo. Los conflictos armados, las crisis económicas y las problemáticas humanitarias han proliferado. Por lo que podemos afirmar que el contexto internacional ha ido corriendo el foco en ciertas temáticas, en detrimento del contexto doméstico. El mundo globalizado en el cual nos encontramos así lo infiere, y las crisis económicas y políticas que semana a semana aquí analizamos también. Allí radica la importancia de los atentados del 11-S: más allá del proceso de securitización que sufrió la agenda internacional, se le recuerda al ciudadano que las consecuencias del sistema internacional con mucha probabilidad lo afecten de manera directa o indirecta, para bien o para mal. Quizás afecte su bolsillo, o como me pasó a mí la sensación de seguridad o sensibilidad, pero de una u otra forma ya no hay manera de escaparle.

            De ésta forma recordamos el 11-S y su implicancia en marco del sistema internacional.

martes, 13 de septiembre de 2011

Solicitud ante la AGNU del Estado Palestino

          El día de hoy vamos a abandonar un poco el tema relacionado a la crisis económica, la cotización del oro y el dólar, las movilizaciones en un Chile que parece no poder salir de ésta dinámica de catástrofe tras catástrofe –recordemos el terremoto y los mineros el año pasado, al accidente de avión de hace diez días-, y vamos a hablar sobre un tema que me toca en lo personal, ya que estoy haciendo mi tesis sobre éste tema, y es la solicitud que va a realizar la Autoridad Palestina en la Asamblea General de la ONU, el día 20 de este mes. Lo que demandará será que se reconozca el Estado palestino como miembro de la organización internacional, probablemente motivado por la “Primavera Árabe”.

            Lo que se va a proponer es una solución de dos Estados y el reconocimiento del Estado Palestino, que ya se había esbozado en los Acuerdos de Oslo en 1993, y que con la Hoja de Ruta en el 2003, de alguna manera se formalizó.

            Sinceramente, no creo que la solicitud sea finalmente aprobada. El por qué de esta afirmación es, por un lado, los territorios donde se plantea crear el Estado Palestino –Cisjordania y la Franja de Gaza-  representan un interés nacional para Israel; y por el otro, el apoyo que recibe Israel por parte de EEUU. Apoyo que tiene su base en el accionar del grupo de presión pro israelí, más conocido como el lobby israelí, y que hoy ha sumado un nuevo capítulo. Ya que el presidente norteamericano reiteró su posición de “objetar muy categóricamente” el reconocimiento de un Estado palestino si la moción llegara al Consejo de Seguridad, porque cree que sería contraproducente al resultado deseado de una solución de dos estados, esto de acuerdo a lo estipulado por Observador Global. La opción de convertirse en el miembro 194 de las Naciones Unidas con plenos derechos ya está descartada, por éste veto de Washington. Parece más probable que su futura situación en la organización se parezca a la del Vaticano, observador sin derecho a voto.

            Entonces, lo que se observa es una clara estrategia del dilema zanahoria-garrote. ¿Cómo sería esto? Para los palestinos la zanahoria es la conformación de un Estado. Por lo que EEUU propone conversaciones, que he denominado de arrastre. Entonces se reúnen el Presidente de EEUU, el Primer Ministro de Israel y el representante de la Autoridad Palestina. Llegan a una serie de acuerdos, que no serán cumplidos, por algún atraso o desacuerdo en un punto, lógicamente del lado israelí. Por caso se pude mencionar los Acuerdos de Oslo, la Hoja de Ruta y la Conferencia de Annapolis. Entonces pasa el tiempo, se generan conflictos entre los bandos -el garrote-, donde Israel por su poderío militar suele salir mejor parado – ejemplo de esto son las Intifadas de 1987 y 2000, o la invasión a la Franja de Gaza- y la comunidad internacional comienza a demandar una solución ante éste conflicto. Por lo que se llama a una nueva negociación y se produce la misma dinámica, arrastrando nuevamente las conversaciones.

            Ésta solicitud tiene aspectos novedosos, pero no deja de enmarcarse en las mencionadas conversaciones de arrastre. Lamentablemente, llegar a una solución va a ser una tarea compleja. Israel, que debemos destacar desde la Guerra de los Seis Días en 1967 pasó a ser una potencia de ocupación, ya que se anexó los territorios de Cisjordania, la Franja de Gaza y Jerusalén Oriental, pareciera constantemente tener a la comunidad internacional en franca oposición, excepto a EEUU. Es más, la resolución 242 de la AGNU, que es famosa por el número, establece que debe retirarse de estos territorios ocupados, a los cuales Israel ha denominado “en disputa”. El origen de éste comportamiento es la ideología sionista, la cual establecía en su momento –ya que lo ha logrado- la creación de un Estado que reuniera a los judíos. Percibían que sería la única forma de dejar de ser perseguidos a lo largo del mundo. Quien representa de manera ortodoxa ésta ideología es la derecha israelí, la cual es renuente a cualquier tipo de intercambio de “tierra por paz”, y es la que gobierna actualmente.

            Sin embargo, los palestinos también llevan su parte. A la incapacidad de formar un gobierno unificado entre la Franja de Gaza y Cisjordania, se le debe sumar las prácticas terroristas de Hamás y su vinculación con otras organizaciones consideradas terroristas, como Hezbolán en el Líbano.

            El tema es que tanto un bando como otro tienen argumentos válidos para justificar su comportamiento. Los palestinos pueden mencionar que las prácticas terroristas no son otra cosa que la herencia de la Haganá, Leji e Irgún, tres organizaciones judías que antes de la conformación del Estado de Israel se dedicaban a realizar ataques terroristas; o que la imposibilidad de conformar un gobierno unificado se debe a que la Franja de Gaza y Cisjordania se encuentran geográficamente separados, y las presiones de Israel no le permiten desarrollarse económicamente –caso paradigmático es el de la flotilla, el cual tuvo como consecuencia el rompimiento de relaciones diplomáticas entre Israel y Turquía-. Por otra parte, la actitud de Israel tiene su origen en la guerra que iniciaron los árabes al otro día de establecerse la independencia, encontrase en una región que le ha sido hostil, los ataque sde organizaciones terroristas, etc.

            ¿Cuál es el temor de Israel ante el reconocimiento? Lo ha dicho el ministro de Defensa israelí Ehud Barak, y es que el mundo condene a Israel no sólo por violar el derecho internacional, sino también por cometer actos criminales en un Estado ocupado reconocido por la ONU.

            Más de 100 estados ya han reconocido a Palestina. Por ejemplo Reino Unido, Francia y otras naciones europeas han elevado la clasificación de la delegación general palestina a la de “misiones diplomáticas y embajadas, estatus reservado normalmente para estado”. Le debemos sumar el apoyo de China, que se materializó en estos días.  

            Nuestro país, en Diciembre del año pasado anunció el reconocimiento del Estado palestino con sus fronteras del 4 de Junio de 1967, previo a la guerra de los Seis Días, en el marco de una estrategia compartida tanto con Brasil y Uruguay. Creo que esto se explica por una cuestión fundamental: Argentina se va a encolumnar ante todo reclamo en contra del colonialismo, porque así entiende que es la situación en las Islas Malvinas, cuestión que ya hemos desarrollado aquí. Ésta posición se ha adoptado a pesar de que, la comunidad judeoargentina es la más numerosa en Latinoamérica y la quinta a nivel mundial. Basta recordar el atentado de de la AMIA, allá por Julio de 1994, que dejó 85 muertos, 300 heridos, que se debió al hecho de que Argentina suspendió la transferencia de tecnología nuclear a Irán. ¿Por qué la AMIA? Porque Irán tiene una política en contra del Estado de Israel, es más su actual Primer Ministro Mahmud Ahmadineyad dijo en el 2006 que: “Israel debería ser borrado del mapa”. Con este ejemplo quiero bajar a la realidad común la implicancia de la relación Argentina-Israel y las consecuencias que puede tener.

            Los escenarios que se pueden plantear luego de la Asamblea son, según Wael Saad éstos tres los cuales he ordenado del menos probable al más probable:

1- La OLP solicita el estatuto de miembro pleno a la Secretaría General de la ONU, la petición se transmite al Consejo de Seguridad, quien aprueba el pedido de adhesión del Estado palestino con sus fronteras de 1967 y su capital en la parte oriental de Jerusalén y por lo tanto la Asamblea General de las Naciones Unidas aprueba la solicitud. Es un escenario, por lo menos, improbable, porque esa solicitud sería objeto de veto por parte de los EEUU, lo que significará el fracaso del pedido palestino.

2- La OLP solicita la adhesión plena, pero el Consejo de Seguridad aplaza la decisión por varias razones, por razones de orden, por una propuesta de modificación del texto, postergándola hasta que se llegue a un acuerdo sobre las modificaciones, lo que concluye anulando al proyecto en su totalidad. No me inclino por ésta solución, aunque no la descarto.


 3- La OLP se dirige directamente a la Asamblea General de las Naciones Unidas solicitando la obtención de miembro no pleno, lo que no introduce cambios decisivos, si la OLP supera los 2/3, salvo en cuanto a la representatividad palestina de modo que se convierte en un Estado miembro observador. Me inclino por ésta medida, sobretodo a partir de las declaraciones de Obama.

            Habrá que seguir este tema, pero igualmente como ya lo dije Carlos, las perspectivas no son las mejores, y lo que puede generar en todo caso es una radicalización de las partes. Por ejemplo, Netanyahu, Primer Ministro de Israel, ha manifestado que no congelará la creación de asentamientos en los territorios ocupados, porque así lo sugiere su electorado.