Estimados, los invito a leer la nota que me publicaron el
Domingo 19 de Mayo en el suplemento del
diario Puntal "Economía, Gobierno y Sociedad" de la Fundación EGE. Lo
pueden hacer accediendo al link o leyendo la nota de abajo: http://www.fundacionege.org/semanario.html.
Si pudiéramos señalar una región compleja en el mapa
mundial, sin dudas, Medio Oriente sería una de ellas. A la presencia de las
potencias occidentales, a partir del 2001 en Afganistán y en el 2003 en Irak,
se ha sumado a partir de principios del 2011 la denominada “Primavera Árabe”
–la cual ha afectado también al Norte de África-. Las consecuencias han sido
desde la caída de los gobiernos, como sucedió en Túnez, Egipto o Libia, hasta
conflictos armados encarnizados que se mantienen hasta la actualidad, como es
el caso de Siria. Justamente este último asunto es el disparador del análisis
de hoy, a raíz de una serie de episodios en la zona de los Altos de Golán desde Noviembre del año
pasado, y que han tenido como corolario dos supuestos ataques israelíes. El
primero el 4 de Mayo a un transporte de misiles sirio que, aparentemente, iba
destinado a la organización libanesa Hezbolá; y el segundo, un día después,
donde cohetes israelíes habrían alcanzado una instalación militar en Damasco.
Ninguno de los dos ataques ha sido reconocido por las fuentes oficiales
israelíes.
Varias
aristas de un mismo conflicto
Este enfrentamiento tiene antecedentes a tener en cuenta.
En primer lugar, la Guerra de los Seis Días en 1967, donde Israel ocupó los
Altos de Golán, pertenecientes a Siria hasta ése momento, y que significa el
15% del abastecimiento de agua para el Estado sionista. Luego la Guerra de Yom
Kippur en 1973, donde los sirios trataron de recuperar el territorio despojado,
pero sin éxito. A partir de allí existió una frágil suspensión de las
hostilidades, en virtud de que se creó una zona desmilitarizada controlada por
la UNDOF, que separa a Siria de los Altos de Golán. Ya más cerca a nuestros
días y, como mencionábamos en un principio, a raíz de la “Primavera Árabe” y el
enfrentamiento entre las fuerzas de Bashar El Assad y los rebeldes, se han
suscitado una serie de provocaciones. Pero en este conflicto no hay que
concentrarse solo en los dos actores mencionados, sino también en el Hezbolá,
Irán y los EEUU.
El Hezbolá –o “Partido de Dios”- es una agrupación chií
libanesa que cuenta con un brazo político y otro paramilitar, la cual recibe
armas, capacitación y apoyo financiero de Irán y tiene relaciones amistosas con
los alauitas de Siria, facción del Islam a la cual pertenece El Assad. Hasan
Nasrallah, el líder de Hezbolá, en Teherán reconoció que hay milicianos
desplegados en Siria apoyando al Presidente para “(…) evitar que Siria caiga en
manos de Washington y Tel Aviv”, de acuerdo a lo que consignó la ABC. Por lo
tanto, esto refuerza la afirmación del rol activo que puede desplegar, no solo
en el conflicto civil sirio, sino en una posible controversia de mayores
magnitudes.
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Logo del Hezbolá |
En cuanto a Irán, se puede afirmar que ha creado a Hezbolá
a principios de la década de 1980 para que Israel tuviera un enemigo en su
frontera, y se utiliza a Siria como nexo para financiar y armar a la milicia.
De esta manera cierran un eje Teherán-Damasco-Beirut que incomoda a Israel.
Pero también cualquier ataque sionista al régimen de El Assad o al Partido de
Dios es una agresión indirecta a la República Islámica. Por otra parte, hay que
recordar la percepción que existe en la actualidad con respecto al
enriquecimiento de uranio del Estado persa y la retórica antisionista de su
Presidente, Mahmud Ahmadineyad, lo cual hace presagiar también un
involucramiento acentuado en caso de que se conforme una disyuntiva.
Y por último los EEUU apoyan a
Israel, su aliado en la región, a partir de que funciona como Estado pivote y
por el accionar del grupo de presión pro israelí. Esta influencia se pudo
percibir en las elecciones del año pasado, donde Barack Obama se impuso sobre
Mitt Romney con el 50% de los votos contra un 48% del republicano, a partir de
un cambio en su estrategia electoral. Los judíos tienen el mayor porcentaje de
participación de votantes comparado con cualquier grupo étnico. Si bien la
población judía es de seis millones de habitantes en los EEUU -alrededor de 2.3
% de la población total-, aproximadamente el 94% vive en trece estados
importantes del colegio electoral. Al agregar a los no judíos pro Israel,
principalmente a los denominados “(…) cristianos evangélicos, se puede inferir
que su apoyo es significativo en la elección del Ejecutivo”. Siguiendo a García
Valdecasas, los cristianos evangélicos “(…) engloban un amplio espectro de
iglesias protestantes: luteranos, metodistas, baptistas, adventistas, etc.,
constituyendo el 25% de la población de EEUU. (…) El dato es más importante aún
cuando se agrega que un tercio de ellos pertenece a algún grupo radical
sionista cristiano”. De acuerdo a datos proporcionados por el escritor Julian Schvindlerman, en Enero
del 2009 Obama tenía el apoyo del 83% de los judíos, en el 2011 ese apoyo había
caído a un 54% y en las elecciones alcanzó el 69% de apoyo. Esto se debió a un
cambio discursivo, esbozando cierto acercamiento a Israel. Por la mínima
diferencia que alcanzó en la votación general, ese voto tomó mayor
preponderancia para el demócrata, como también lo hizo su apoyo a Israel. La
“Primavera Árabe” significó para Israel la pérdida de un aliado como Egipto y
las críticas fueron varias luego del ataque a una flotilla de ayuda humanitaria
que había zarpado desde Chipre hacia la Franja de Gaza, el 31 de Mayo del 2010,
lo cual generó un distanciamiento con Turquía. No obstante, los EEUU estuvieron
allí en apoyo de Israel.
¿Hay
posibilidades de una intervención militar?
En un contexto donde los EEUU están intentando reactivar
el proceso de paz en Medio Oriente, parece un tanto precipitado confirmar una
posibilidad de enfrentamiento que involucre a los actores mencionados. Sin
embargo las especulaciones en torno a si Bashar El Assad ha utilizado armas
químicas contra los rebeldes, la coordinación entre el Ejecutivo de Netanyahu y
grupos terroristas, -como la milicia opositora Frente Al Nusra que le ha jurado
lealtad a Al Qaeda-, el papel de Rusia proveyendo armas al régimen sirio y las
críticas de Turquía y China –este último mientras el Primer Ministro israelí se
encontraba de visita en el país asiático-marcan un contexto complejo, donde si
no prima la prudencia, el desenlace podría ser infortunado para la región y las
alianzas automáticas estarán al orden del día.
Video de Visión 7 Internacional sobre la situación en Siria
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