http://www.geic.com.ar/2010/2012/10/06/la-crisis-economica-en-europa-las-movilizaciones-en-espana-y-grecia/.
El
contexto económico actual de Europa (de más está decirlo) es complejo. Las
movilizaciones de los últimos días los denominados PIGS –Portugal, Italia,
Grecia y España- así lo indican. Y refuerzan la tendencia, que apareció con
mayor profundidad a partir de la “Primavera Árabe”, de que el individuo es un
nuevo actor en el sistema internacional.
En Portugal, las manifestaciones se produjeron el sábado
15 de septiembre, donde 700 mil personas en 40 ciudades marcharon contra la
intención de aumentar los aportes de la parte obrera a la seguridad social en
favor de los empresarios. Dos de los principales sindicatos ya anunciaron que
realizarían la tercera huelga general en menos de un año si no se retiran las
medidas.
En Italia, el gobierno de Monti ha tenido que corregir
nuevamente las previsiones económicas que se habían realizado a principio de
año. Las estimaciones indican que el déficit fiscal será del 2,2% del PBI
-mayor al estipulado-, por lo que el ministro de Finanzas aseguró que
implementarán un plan de reformas que reducirá la deuda pública en 20 puntos
porcentuales del PBI para los próximos cinco años sobre la base del remate de
activos públicos acompañado de mayores presiones para aumentar la
productividad. Probablemente esta solución parezca familiar, ya que se aplicó
en nuestro país en la década de los 90´.
En el país helénico, la situación se generó a partir del
anuncio del recientemente elegido Presidente, Andonis Samarás quien espera
alcanzar un mayor nivel de ingreso a través de un ajuste por 11 500 millones de
euros, la suba de los impuestos y la edad jubilatoria a 67 años, suprimir uno
de los dos días de descanso obligatorio regresando a la semana laboral de seis
días y abolir el salario mínimo. Esta es la primera huelga que debió afrontar
Samarás, que al asumir tenía como premisa relajar las condiciones de la troika
-Comisión Europea, FMI y BCE-, disminuir el índice de desocupación de los
jóvenes que ronda el 55% y sanear las cuentas públicas.

Asimismo, en España las protestas tomaron un cariz más
violento. Al reclamo de Cataluña, quién aboga por mayor autonomía, se le debe
sumar la movilización en Madrid denominada “25-S Rodea el Congreso”. Hubieron
64 heridos y 35 detenidos luego del accionar de las fuerzas de seguridad, lo
cual generó críticas por parte de la izquierda y fue defendida por el
gobierno nacional. La movilización se organizó a partir del rumbo que ha tomado
el país ibérico hacia la reducción del déficit en un contexto de recesión. Ante
el contexto actual, Mariano Rajoy no descarta pedir un rescate global, cuestión
que se ha hecho más evidente tras las declaraciones del Presidente español al
diario estadounidense Wall Street Journal. Allí ha manifestado que si el coste
de financiación en los mercados se mantuviese ” (…) demasiado alto durante
demasiado tiempo puedo asegurarle al 100% que pediría ese rescate”.
El análisis parte de una materia fundamental: el modelo
alemán de austeridad, para salir de la crisis económica, no va a ser aceptado
sin más por los ciudadanos europeos. Estos, a su vez, esperaban que con la
llegada de Francois Hollande al Palacio del Elíseo, Francia comenzaría a
cumplir su función de contrapeso abandonando la figura de acompañante de las
políticas esbozadas en Berlín. Pero a poco más de cien días de gobierno
socialista, Hollande ha tenido que aceptar que no será sencillo impulsar
aquellas modificaciones que había prometido. Y esto se pudo observar de manera
clara en la reunión que tuvieron Merkel y el Presidente francés, donde este
último definió la relación entre Francia y Alemania como “(…) la de un “viejo
matrimonio” por lo que es normal que a veces haya diferencias”, pero aceptando
las prerrogativas alemanas.
La discusión austeridad versus crecimiento parece ser
central. Aquellos que reivindican la austeridad, demandan reducir la brecha
entre ingresos y gastos del gobierno y el endeudamiento del sector público. De
ésta manera se ganará en credibilidad y estabilidad. Los que abogan por mayor
crecimiento y gasto público, como Josepg Stiglitz, ganador del Premio Nobel
de Economía en 2001, reclaman “(…) una expansión del gasto para reactivar
la economía global y la necesidad de reestructurar las deudas de las economías
europeas”, ya que los recortes tienen grandes costos sociales. Propugnan la
idea de estimular las economías y crear puestos de trabajo para millones de
desempleados.
Probablemente la solución se encuentre en una posición
intermedia, donde se abogue por ganar en estabilidad con crecimiento, donde
prime el sentido común por sobre los intereses particulares. Pareciera reciente
la visita a Córdoba en el año 2008 del ex Presidente de Brasil, Henrique
Cardoso, cuando advertía que la crisis económica iba a ser prolongada. Y que
más allá de que en los medios de comunicación a veces ganan espacio otras
problemáticas y mencionan que se ha logrado salir y alcanzar un acuerdo, la
crisis persiste y va a ser complicado alcanzar una solución permanente. De esto
hace ya cuatro años, y parece que Cardoso no estaba tan errado.